TRES EN RAYA

La CNDH puede estar peor

Los senadores que integran las comisiones de determinación de los finalistas a dirigir la CNDH tendrán hasta el 8 de noviembre para revisar los perfiles y decidir cuáles llevan al pleno

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de México
Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Ya se ha dicho mucho de la desastrosa gestión de Rosario Piedra al frente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Para todo fin práctico ha sido una afrenta para quienes han visto vulnerados sus derechos fundamentales. Así que este texto no abundará tanto en ello, pero comentará lo que sigue. A todos los mexicanos nos debiera importar el destino de la Comisión e intervenir en el proceso de renovación de su dirigencia, así sea únicamente alzando la voz y trasmitiendo nuestro parecer a través de la opinión pública y en la medida de nuestras posibilidades.

Comienzo por decir que en días pasados el Senado dio a conocer la lista de 48 ciudadanos que buscan ser el próximo titular del mencionado órgano constitucional autónomo, de los cuales uno ya declinó al momento que esto escribo.

La actual titular, a pesar de haber actuado básicamente en el sentido de lo que ha dictado la Presidencia de la República estos pasados seis años (o quizá precisamente por ello), busca ser reelecta. Piedra Ibarra eliminó la autonomía de la Comisión y convirtió el órgano en un apéndice al servicio del régimen.

Pero en estos momentos lo verdaderamente preocupante es que la población, y en particular los distintos colectivos de la sociedad civil organizada, no están monitoreando adecuadamente las candidaturas y el proceso para la designación del sustituto o de la sustituta. Y desafortunadamente, siempre se puede estar peor.

¿Qué nueva vuelta de tuerca nos tiene preparado el régimen a través de las comisiones del Senado que se decantan entre los y las candidatos finalistas? (Y evidentemente con esto me refiero más allá de determinar la desaparición del órgano en el mediano plazo.) ¿Una persona que sin estar absolutamente plegada en favor del oficialismo no presente resistencia cuando Morena vote por la disolución de la CNDH y la absorción de sus responsabilidades en alguna estructura dependiente del Poder Ejecutivo federal? ¿Cuando se emitió la convocatoria para la renovación de la dirigencia, aunque haya sido en letras chiquitas, Regeneración Nacional especificó que el plan para la Comisión sería su desaparición?

Más allá de eso, que ya en sí mismo es de suma gravedad, lo primero que tendríamos que exigir como ciudadanos participativos es que el proceso de nombramiento sea “adecuado, transparente y participativo, de acuerdo con los estándares internacionales y que garantice los principios de idoneidad, independencia y autonomía”.

Lo que para empezar significa cerciorarse de que los senadores conozcan la definición de estos conceptos... Para el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez se deber tomar en cuenta: “la autonomía, el plan de trabajo que se tiene que presentar como parte de la postulación y si este incluye un abordaje a los principales problemas en materia de derechos humanos, la situación de militarización y de violaciones cometidas por las Fuerzas Armadas, la crisis de desapariciones forzadas, el contexto de tortura y las cuestiones de derechos de las personas en situación de movilidad humana entre otros”, todo lo cual —sobra decir— brilló por su ausencia en el periodo de Rosario Piedra Ibarra.

Asegurarse que el órgano, durante el tiempo que le quede de vida, no sea omiso y silencioso ante la violación a los derechos humanos producto de la militarización, la implementación de la reforma al Poder Judicial, nueva legislación y reformas reglamentarias que estén por venir, los desaparecidos y la atención a familiares, y un largo etcétera.

Los senadores que integran las comisiones de determinación de los finalistas a dirigir la CNDH tendrán hasta el 8 de noviembre para revisar los perfiles y decidir cuáles llevan al pleno. Pronto sabremos si existe aunque sea una mínima esperanza de que el órgano retome su esencia fundacional. Mas, conociendo las decisiones de la bancada de Morena en la cámara alta, no se descarta que la CNDH termine estando peor…


Tres en raya:

(1) Se adivina la razón primordial por la cual Rosario Piedra busca seguir al frente de la CNDH (o quizá deba de decir las casi 152 mil razones…): continuaría cobrando un sueldo base de $30,025 pesos, más una compensación garantizada de $121,240, dando un total mensual de $151,265 pesos. Sin olvidar su prima vacacional de $53,076 pesos y un aguinaldo anual de $286,610. Curioso, en este caso nadie de la 4t impugna que gane más que la presidenta. Tampoco se le ha exigido se baje el sueldo como sí se le reclamó a los ministros de la SCJN…

(2) Sobre Rosario Piedra, Claudia Sheinbaum comentó: “es un símbolo por ser hija de Rosario Ibarra”, dejando abierta la opción de que la bancada oficialista del Senado se decante por otra persona. ¿Como Nashieli Ramírez Hernández, actual presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la CDMX? Si bien en su comparecencia reconoció las desapariciones forzosas y dijo que, de tener que emitir recomendaciones contra reformas de la 4T que afecten los derechos humanos, lo hará (algo que debiera estar sobre entendido, ahora se tiene que explicitar), no hay que pasar de lado que sobre la reforma del Poder Judicial no se inmutó ni protestó. Insisto, el país no está para una nueva “piedra” como titular del órgano encargado de salvaguardar nuestros derechos humanos.

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN

COLABORADOR

VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM  

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