DIPLOMACIA DIGITAL

¿Tiranos digitales?

La IA no es buena ni mala, es una formidable herramienta tecnológica que puede ser utilizada para el bienestar o para la destrucción de la humanidad

OPINIÓN

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Carlos de Icaza / Diplomacia Digital / Opinión El Heraldo de México
Carlos de Icaza / Diplomacia Digital / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

A medida en que se multiplican los focos rojos sobre la Inteligencia Artificial (IA), convendría vacunarnos contra la proliferación de señales de alarma y ver con serenidad que se trata de un arma de doble filo que, si bien entraña enormes riesgos para nuestra civilización, también puede potenciar nuestras capacidades para enfrentar el cambio climático, impulsar el desarrollo económico, combatir las desigualdades, incrementar la producción agropecuaria y revolucionar la medicina en todo el mundo.
Enfocar el debate sobre la IA en torno a categorías morales desvía nuestra atención de lo que verdaderamente importa. La IA no es buena ni mala, es una formidable herramienta tecnológica que  puede ser utilizada para el bienestar o para la destrucción de la humanidad.

De ahí, es imperativo regular, controlar y supervisar a todos los actores humanos que intervienen en los procesos de invención, desarrollo, utilización y aplicaciones de la IA. Recientemente, el célebre historiador israelí Yuval Noah Harari, publicó un nuevo libro: Nexus. Una breve historia de las redes de información desde la Edad de Piedra hasta la IA. Se trata de un interesante relato que aborda la hiperconexión de nuestra era y el poder de los algoritmos; que pronostica una inteligencia artificial todopoderosa bajo el control de los “burócratas digitales” que podrían convertirse en tiranos con un dominio absoluto sobre la humanidad.

En un artículo publicado recientemente en el Financial Times, Harari dice que millones de años de evolución han condicionado a los humanos a temer a los depredadores violentos como el que aparece en la película Terminator, agregando que nos resulta mucho más difícil entender las amenazas burocráticas, porque la burocracia es un desarrollo muy novedoso en la evolución humana. En el mismo texto, Harari concluye: “No son los robots asesinos los que deben preocuparnos, sino los burócratas digitales”.

Aunque no estoy seguro de que el término burocracia sea el que mejor describe a quienes gobiernan las corporaciones que dominan nuevas tecnologías, lo cierto es que la expansión de las economías digitales y el desarrollo de la IA han derivado en una economía extremadamente concentrada en un puñado de empresas que controlan una enorme riqueza y poder político, socavan la privacidad de los datos y amplían la brecha digital entre quienes poseen estas tecnologías y el resto del planeta.
No hay, en mi opinión,  nada más importante en la agenda global, de ello depende la supervivencia de nuestra especie.  Así, la Asamblea General de la ONU, al adoptar en septiembre último el Pacto Digital Mundial, reconoció que el ritmo y la potencia de las tecnologías emergentes crean nuevas posibilidades, pero también nuevos riesgos para la humanidad. Por ello, reafirmó la necesidad de identificar y mitigar los riesgos y de garantizar la supervisión humana de la tecnología para fomentar el desarrollo sostenible y el disfrute pleno de los derechos humanos, mediante la cooperación internacional. Coincido en que es la única manera de alcanzar un futuro digital, inclusivo, abierto, sostenible, justo, seguro y protegido para todos.

POR CARLOS DE ICAZA

@CARLOSDEICAZA

EMBAJADOR EMÉRITO Y EX SUBSECRETARIO DE RELACIONES EXTERIORES

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