COLUMNA INVITADA

Incertidumbre petrolera permanente

Nuestra industria petrolera debería estar atenta a las cambiantes condiciones geopolíticas del mercado petrolero, así como a las próximas elecciones presidenciales de nuestro vecino país del norte

OPINIÓN

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Manuel Rodríguez González / Colaborador / Opinión El Heraldo de México
Manuel Rodríguez González / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En la permanencia histórica del conflicto religioso, político y militar entre los estados del Medio Oriente, se circunscribe la última escalada bélica en la región a partir de los ataques que Hamás lanzó a Israel en octubre de 2023, así como la última acción llevada a cabo este fin de semana por Israel en contra de Irán, en represalia por el ataque de Teherán con misiles balísticos al territorio israelita a inicios de octubre.

Esta espiral bélica, una vez más ha puesto en vilo los mercados petroleros internacionales. Ante la incertidumbre generada y la posibilidad de que se registren interrupciones del petróleo del Medio Oriente, los precios del crudo registraron una semana alcista de los precios referenciales de un 4%; de esta manera, el Brent se ubicó en 74.58 dólares el barril y el West Texas Intermediate en 70.37 dólares.

En el caso particular de Irán, miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), cuenta con una capacidad de producción que oscila entre 3.5 a 4 millones de barriles diarios, que lo ubica entre los diez mayores productores del mundo; también tiene parte del control sobre el Estrecho de Ormuz, canal que conecta el Golfo Pérsico con el Golfo de Omán y Mar Arábigo, por donde se transporta aproximadamente una quinta parte de la producción petrolera del planeta, que abastece principalmente a los mercados de China, Japón e India.

Hasta el momento, Israel se ha centrado en objetivos ajenos a las instalaciones petroleras iraníes; el primer ministro, Benjamín Netanyahu, declaró que planean centrarse en objetivos militares, tras los ataques de Irán del pasado primero de octubre; lo que, de alguna manera, da un respiro, aunque momentáneo y endeble a los mercados petroleros para contener un alza desmedida.

Este aumento moderado, a pesar de la escalada del conflicto en Medio Oriente, también se debe a las perspectivas de un superávit en la producción global, por ejemplo, la Agencia Internacional de la Energía (AIE), señala que el crecimiento de la oferta de los países no pertenecientes a la OPEP+, para este año y el próximo será de 1.5 millones de barriles diarios, liderado por países de América: Estados Unidos, Brasil, Guayana y Canadá que aportarán 1 millón de barriles diarios.

En retrospectiva histórica, también habría que recordar que, en la década de los setenta del siglo pasado, en la primera crisis petrolera detonada por el conflicto bélico entre Israel y Egipto y la decisión de la OPEP de no vender petróleo a los países que habían apoyado a Israel durante la guerra de Yom Kipur, Estados Unidos dependía de casi el 40 por ciento de las importaciones para su autoabastecimiento, ahora es el principal productor de crudo superando los 13 millones de barriles diarios.

Nuestra industria petrolera debería estar atenta a las cambiantes condiciones geopolíticas del mercado petrolero, así como a las próximas elecciones presidenciales de nuestro vecino país del norte, que incidirán de manera decisiva en el mercado energético global.

POR MANUEL RODRÍGUEZ GONZÁLEZ                                            

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