‘Parece claro que un voto por (Donald) Trump es en realidad un voto por su compañero de fórmula', el senador J.D. Vance, anotó la historiadora Heather Cox Richardson en sus diarias Cartas de una Estadounidense al abordar la creciente idea de que un Trump cada vez más aparentemente fuera de sí acabará por dejar el gobierno en manos de Vance.
Trump tiene 78 años y Vance 39, y el relevo no sería necesariamente en el puesto, sino de quien asumiría la carga del trabajo y las decisiones. Los demócratas alegan que las "perturbadoras" señales de deterioro mental del candidato presidencial republicano, terminarán por dejar a Vance a cargo.
Con la renuncia de Joe Biden a la candidatura demócrata, Trump pasó a ser el más anciano de los contendientes.
Y más allá de ser quien acabe manejando el gobierno, según esa visión, Vance se aseguraría que los republicanos –y él mismo– tengan todas las ventajas en las elecciones de 2028.
El abogado Chris Truax, que sirvió hace 20 años como presidente en California de la campaña presidencial del republicano John McCain, afirma que Vance es más peligroso que Trump. Nacido James Donald Bowman, es conocido por una autobiografía donde relata el desarrollo que lo llevó de hillbilly (rural, montañés) a asesor financiero millonario y a senador por Ohio.
Vance "es inteligente, articulado, y como abogado entrenado en Yale, no habla de más. Sabe exactamente lo que dice y porqué. Pueden tomar lo que dice tanto literal como seriamente", escribió Truax en The Hill.
Tim Walz, gobernador de Minnesota, es el compañero de fórmula de la vicepresidenta y candidata demócrata Kamala Harris. A sus 60 años de edad es considerado como un político progresista, pero no fuera de las corrientes tradicionales del partido. Aficionado a la cacería y propietario de armas de fuego, pero partidario de los controles, un defensor de la clase media.
Y tal como sucede con Harris, se beneficia tanto de los errores, las exageraciones y mentiras de sus rivales como de sus propios aciertos. Pero eso coloca al binomio demócrata en una posición agresiva, pero reactiva, en la que a veces parecen el dúo desafiante y no los titulares del gobierno.
Los candidatos a vicepresidente han sido "los perros de ataque" durante las campañas, y aunque Vance y Walz mantienen esa postura, su debate del 1 de octubre fue elogiado por su civilidad y la ausencia de insultos.
Rara vez en la historia de EU ha habido tal escrutinio sobre un candidato a la vicepresidencia, opuesto a lo que ocurría al inicio de la república, cuando el puesto se asignaba al perdedor de la elección presidencial, lo que no hacía mucho por colaboración, luego pasó a ser por compromiso político -equilibrar atractivo con regiones geográficas, por edad, o por relaciones políticas-.
El papel de los vicepresidentes cambió en los últimos 40 años. George H.W. Bush fue uno muy influyente, sobre todo en temas de política exterior bajo un jefe como Ronald Reagan, al que sucedió. Al Gore fue un importante factor en la Presidencia de Bill Clinton y si bien fracasó en el intento de sucederlo, dio un nuevo impulso al accionar de los vicepresidentes, que Dick Cheney, bajo George W Bush, fortaleció. Se aseguraba que tenía iniciativa en muchos temas. Barack Obama tuvo un segundo, Biden, que le proporcionó la profundidad y experiencia de política exterior que le faltaba.
Todos fueron valiosos en su relación y capacidad de negociar con el Congreso. Como presidentes pro-témpore del Senado, se han visto obligados a presidir y votar para romper empates.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
COLABORADOR
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@CARRENOJOSE
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