La inclusión financiera, se presenta como una de las grandes oportunidades para México.
Como he mencionado en columnas anteriores, el impacto en la calidad de vida de los que se bancarizan es positivo e innegable, les abre puertas a oportunidades que, de otro modo, permanecerían cerradas.
Facilitar lo anterior implica enfrentar dos retos interrelacionados: la reducción del efectivo y la economía informal.
Según la última encuesta de Banxico, 93% de la población utiliza efectivo, y 90% lo emplea en sus gastos diarios. Este fenómeno se debe, a la facilidad, rapidez y practicidad que ofrece, y que sus usuarios identifican como ventajas claras. Por ejemplo, en una tienda de abarrotes, es más común que una persona saque un billete de su cartera a que utilice una aplicación bancaria o una tarjeta como medio de pago.
Analizando el uso del efectivo por transacciones, observamos que es el medio predominante en compras menores a 500 pesos, donde se utiliza en 90% de las ocasiones.
En compras superiores, este porcentaje se reduce a 78%. Si lo vemos por segmento de nivel socioeconómico, en el segmento A/B, más de 61% opta por medios de pago distintos al efectivo en transacciones superiores a 500 pesos, del segmento C+ hacia abajo, esta cifra se reduce desde 47% hasta 5% en el segmento E.
Este contexto muestra una oportunidad para que el sector financiero y el gobierno colaboren en el desarrollo de soluciones que incentiven la reducción del efectivo.
Hoy gracias al avance en tecnología, podemos ir más allá y reducir el efectivo, aprovechando la digitalización de los medios de pago, ofreciendo soluciones accesibles para todos.
La disminución del efectivo trae beneficios importantes para los usuarios como el ir generando historial de sus flujos y ser objetos de crédito en un futuro, así como darle trazabilidad a las transacciones financieras en un sentido más macro.
México ya intentó avanzar con el lanzamiento de CoDi, una plataforma creada por Banxico para facilitar los pagos digitales desde el celular, utilizando el SPEI (Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios) y tecnologías de códigos QR y NFC.
Sin embargo, su impacto estuvo muy alejado de lo esperado. Banxico indicó que, incluso hasta 2031, no se alcanzaría el impacto proyectado para su primer año.
En mi opinión esto se debe a que los incentivos no están bien alineados para que los privados puedan ofrecer estos servicios de pago de manera sustentable cobrando por el costo de operación de los modelos de negocios basados en CoDi.
Vale la pena analizar lo que han hecho países como Brasil e India donde han tenido avances muy importantes y exponenciales los últimos años.
Por Carlos López-Moctezuma
Director General de Bancoppel y Servicios Financieros Grupo Coppel
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