LA NAO DE CHINA

La nueva ecuación comercial con Asia

Esta semana ha marcado una reconfiguración en los ejes y lineamientos de la política comercial y de atracción de inversiones del país

OPINIÓN

·
Adolfo Laborde / La Nao de China / Opinión El Heraldo de México
Adolfo Laborde / La Nao de China / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Esta semana ha marcado una reconfiguración en los ejes y lineamientos de la política comercial y de atracción de inversiones del país, apenas a dos semanas de la llegada de Marcelo Ebrard a la Secretaría de Economía (SE). Es indudable que la profundización de las relaciones económicas y financieras de México en el marco del T-MEC será el pilar central de la estrategia comercial exterior, deja en segundo plano la tan ansiada diversificación comercial. Ante este panorama, es necesario replantear lo que podría ser la nueva ecuación comercial y de inversiones con Asia, enfocándonos especialmente en nuestros principales socios comerciales e inversionistas: China, Corea y Japón.

China, nuestro principal socio comercial en la región, carece de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con México, lo que resalta la importancia de establecer mecanismos de cooperación más sólidos. Con este país así como con Corea, se debería plantear la posibilidad de en lugar de un TLC, comenzar con un Acuerdo de Complementación Económica para evitar afectar y proteger los sectores más vulnerables de la economía mexicana.

En el caso de Japón, la atención debe ser especial, ya que contamos con dos acuerdos comerciales vigentes: el Acuerdo de Asociación Económica México-Japón (AAEMJ) y el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TIPAT). Japón es una fuente clave de inversión en las industrias automotriz y de autopartes. A esta lista debemos sumar a Tailandia, con quien los flujos comerciales han aumentado, así como a Australia, Nueva Zelanda, Singapur y Brunéi, socios relevantes con quienes mantenemos diálogos comerciales activos bajo el TIPAT.

No podemos olvidar el documento circulado por la Secretaría de Economía antes de la toma de protesta de la presidenta Claudia Sheinbaum, el cual subrayaba la necesidad de desacoplar a México de economías como China, Malasia, Vietnam y Taiwán. Si bien la ruta crítica ya está trazada, no debemos limitarnos a un enfoque exclusivo en el ámbito del comercio y la cooperación internacional, sobre todo ante los riesgos que las dinámicas de la política internacional podrían representar para los intereses de México, particularmente en su relación con Norteamérica.

Ante este escenario, resulta fundamental diseñar una estrategia de diplomacia económica con los países mencionados. En una primera fase, será crucial establecer canales de comunicación con los ministerios de comercio y economía, así como con las cancillerías, utilizando como intermediarios a los representantes diplomáticos mexicanos, que deberán gestionar y comprender las relaciones económicas y diplomáticas en cada país.

Aquí surge la preocupación de que la decisión de hacer de la cancillería mexicana el único interlocutor con el embajador de Estados Unidos se extienda a otros países; de ser así, el embudo en los flujos de comunicación podría ser desastroso, más aún si la respuesta de la comunidad internacional es recíproca.

En una segunda fase, es necesario desarrollar un plan estratégico para reemplazar, las importaciones provenientes de China, Malasia, Vietnam y Taiwán. Paralelamente, se debe establecer un programa viable de sustitución de importaciones, vinculado a la nueva Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación. En este esfuerzo, los Centros Públicos de Investigación deberían tener un papel central en la solución de los desafíos nacionales, contribuyendo a la nueva política de innovación e industrialización, para evitar un choque comercial con Estados Unidos y Canadá en la revisión del T-MEC en 2026.

POR ADOLFO LABORDE

COLABORADOR EXREPRESENTANTE DE SECRETARÍA DE ECONOMÍA EN JAPÓN

@ADOLFOLABORDE71

MAAZ