COLUMNA INVITADA

¿Cómo lograr conversaciones asertivas?

Lograr relaciones con comunicación asertiva nos conecta y nos hace sentir aceptados, bienvenidos, cómodos, en confianza y con congruencia

OPINIÓN

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María Isabel Romero López / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México
María Isabel Romero López / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Comencemos diciendo que asertividad significa atinarle, acertar a la hora de expresar verbalmente desacuerdos, realizar peticiones, establecer límites y lograr acuerdos que establezcan ganancias, consecuencias y se logren relaciones equitativas, (y todo ello) se acompaña del lenguaje no verbal.

Lograr relaciones con comunicación asertiva nos conecta y nos hace sentir aceptados, bienvenidos, cómodos, en confianza y con congruencia.

Considera que hay formas de comunicación vinculadas al contexto. Por ejemplo, con la familia y amigos usamos un lenguaje informal, mientras que en la escuela y el trabajo la comunicación es o debe ser formal. Lógicamente hay estilos de comunicación propios de cada persona, pues en ella se ven involucrados el carácter y las formas de afrontar las demandas de la vida.  (Estos estilos pueden ser sumiso o pasivo, agresivo, pasivo-agresivo y el asertivo). Observa los ejemplos del gráfico siguiente:

Una manera práctica de ejercer la comunicación asertiva es utilizando la regla de las tres M. Significa elegir:

El MOTIVO por el que hay que hablar. (Tiene que ver con elegir las batallas, considera que si tú y esa persona están dispuestos a conversar sobre la situación es porque hay un interés mutuo para conservar dicha relación) 

El MOMENTO esto implica identificar a la persona con la que se va a hablar, el lugar y la hora. Establece un lugar neutral con fecha y hora para encontrarse, comunícale además el tema a tratar. Ayuda a que la persona involucrada se prepare para la conversación, posibilitando así que sea adecuada para ambas partes.

EL MODO busca hacerlo expresando lo que la situación te hace sentir, los pensamientos que ello te genera y lo que puedes o no hacer con la persona a partir de esa situación (Antes del día acordado escribe a modo de ensayo la situación, cuándo sucedió, dónde, quién estaba, lo que sientes, piensas y haces o no puedes hacer, además haz una solicitud que exprese lo que te gustaría que la persona involucrada haga por ti en una situación similar y futura). Después de haber expresado tu malestar, ofrece tiempo a la persona para que exprese sus puntos de vista, pregunta qué le gustaría que hicieras por él/ella, si hace lo que tú le has pedido,  finalmente agradece por prestarse a mantener esta conversación contigo.

Llegado el día y la hora de su encuentro, inicia agradeciendo por estar dispuesto a escuchar tus puntos de vista, acuerden un tiempo para cada uno, el que tiene la palabra puede sostener un objeto en la mano que indique que todavía necesita hablar, prométanse tomar un tiempo fuera si la conversación sube de tono y regresar para continuar (significa distanciarse unos minutos para respirar, cuidando en ello no herirse)

Lo anterior ayuda a que ambos logren mostrarse abiertos y receptivos, lo cual por si solo aporta a la relación la sensación de aceptación y reciprocidad que la mayoría buscamos obtener en nuestras relaciones.

POR MARÍA ISABEL ROMERO LÓPEZ
MAESTRA EN PSICOLOGÍA CLÍNICA INTEGRATIVA

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