COLUMNA INVITADA

La reorganización de la administración pública en México

Aunque los avances en la administración pública son notables, los desafíos que planteó continúan vigentes. La descentralización efectiva y la profesionalización del servicio público siguen siendo temas cruciales para mejorar el funcionamiento del Estado

OPINIÓN

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Blanca Lilia Ibarra Cadena / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México
Blanca Lilia Ibarra Cadena / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Hace más de dos décadas, cuando la idea de transformar la administración pública parecía aún una meta lejana, el entonces secretario de Contraloría y Desarrollo Administrativo, Arsenio Farell Cubillas, presentó un libro que resonará en el futuro: La organización de la Administración Pública en México.

En dicha publicación, Farell Cubillas planteó los desafíos que enfrentaba el país en términos de burocracia, eficiencia y coordinación entre los distintos niveles de gobierno.

En el evento de presentación de la obra, el autor subrayó la urgencia de reorganizar la administración pública, pero no sólo simplificando las estructuras, sino haciéndolas más eficaces para atender las demandas ciudadanas de transparencia y rendición de cuentas.

En un país que transitaba hacia la descentralización, otorgar más poder y responsabilidades a los estados y municipios era crucial. Sin embargo, debía de ir acompañada de mecanismos estrictos de control y evaluación para evitar el mal uso de los recursos.

El gran reto, según Farell, consistía en lograr que las decisiones se tomaran de manera local sin perder el control sobre los recursos ni sacrificar la rendición de cuentas. Para él, el éxito de la descentralización dependía de la creación de una cultura de responsabilidad compartida, tanto en el nivel federal como en los gobiernos estatales y municipales.

Esta idea se reafirmó meses después ante la Asamblea General Ordinaria del Instituto Nacional de Administración Pública, resaltando otro aspecto fundamental para el éxito de la reforma administrativa: la profesionalización del servicio público.

No bastaba con reorganizar instituciones; sino que era imperativo contar con servidores públicos capacitados, con un fuerte sentido ético y compromiso hacia la ciudadanía. Una administración moderna, decía, debía construirse sobre personas con preparación y vocación de servicio.

Entonces, la descentralización no debía verse como un simple traspaso de responsabilidades, sino como una oportunidad para que los gobiernos locales asumieran un rol más activo en la gestión de los recursos. La profesionalización de las personas servidoras públicas, reformas robustas que delimitaran su actuar y un compromiso constante con la capacitación y el fortalecimiento institucional, eran elementos imprescindibles para llevarla a cabo.

Esta visión del entonces secretario no pasó por alto las limitaciones que enfrentaba el país, sobre todo en términos de coordinación entre los diferentes niveles de gobierno. Una organización pública eficaz dependía de una comunicación fluida y de mecanismos claros de evaluación y control. Ideas que en su momento parecían complejas de implementar, pero que a la postre resultaron ser pilares fundamentales para entender el rumbo que ha tomado el país en las últimas décadas en materia de gestión pública.

Hoy, a más de veinte años, las propuestas de don Arsenio Farell Cubillas siguen resonando. Aunque los avances en la administración pública son notables, los desafíos que planteó continúan vigentes. La descentralización efectiva y la profesionalización del servicio público siguen siendo temas cruciales para mejorar el funcionamiento del Estado.

Quizás, como él anticipó, el verdadero cambio dependerá de nuestra capacidad para aprender del pasado y enfrentar los retos del presente con la misma visión y claridad.

POR BLANCA LILIA IBARRA CADENA
@BL_IBARRA
*COMISIONADA DEL INAI

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