COLUMNA INVITADA

En seguridad… Lo mismo, pero más caro

Ante grandes expectativas de los que votaron por la continuidad de un proyecto fallido, ahora nadie puede llamarse al desencanto

OPINIÓN

·
Adriana Dávila / Colaboradora / Opinión El Heraldo de México
Adriana Dávila / Colaboradora / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Ante grandes expectativas de los que votaron por la continuidad de un proyecto fallido, ahora nadie puede llamarse al desencanto. Luego de que presentaron el programa de seguridad, la realidad es que nos enfrentamos a más de lo mismo: más temor y violencia para la población en general, mayor impunidad para que los criminales tomen franjas completas del territorio que sea, y la siempre puntual justificación gubernamental ante hechos lamentables que si aplicaran la ley, se podrían evitar.

La Presidenta tiene una semana de haber llegado al cargo y el número de asesinatos y atrocidades cometidos por los grupos criminales va en aumento. Mal terminó la administración anterior y peor inició ésta: en los primeros ocho días se han cometido más de 600 homicidios. La disputa de territorios entre bandas se ha recrudecido y la respuesta del oficialismo —que ya la sabíamos— es seguir los mismos pasos del antecesor al plantear una “estrategia” de seguridad de cuatro ejes de acción que posiblemente lleve a los mismos resultados: atender las causas, robustecer la Guardia Nacional, fortalecer la inteligencia y la investigación, y consolidar al gabinete de seguridad en coordinación con las entidades federativas.

Veamos: 

1.- Atender las causas. Terminó el primer piso de la transformación y sin sensatez ni objetividad, su estrategia no empezó por hacer un análisis del impacto de los programas sociales en los segmentos de los jóvenes y las mujeres. Con ello podemos presumir que, a pesar de tener sus propios datos, seguirán en las eternas justificaciones de la culpa de “la guerra de Calderón”, omitiendo lo que ellos no pudieron controlar. Solo se les olvida que precisamente con el expresidente empezó la atención a las causas, pues brindó educación, fomentó la cultura física y recreativa, creó oportunidades para construir un México mejor, siempre con la garantía de aplicar la ley.   

En 2018, en teoría llegó la transformación y seis años después, en lugar de hacer un ejercicio autocrítico de sus errores e inacciones, lo único que se les ocurre es presentar una oda al patriarca, mientras el país está amenazado por los criminales y miles de familias buscan a sus desaparecidos o lloran a sus muertos.

2.- Fortalecimiento de la Guardia Nacional. De nueva cuenta, se omitió la rendición de cuentas de lo que se hizo con la GN en el gobierno anterior. A la luz de la evidencia, queda claro que la presidenta no quiere aplicar el rigor científico y reconocer que el país se está militarizando, aunque el juego de sus palabras lo esté diciendo a gritos: “la GN está ya adscrita a la Secretaría de la Defensa Nacional… fortalecer sus capacidades con su propia comandancia… misma capacitación que reciben los elementos del ejército, con sus propios mandos…” y así podríamos seguir para afirmar que la GN es un ente militarizado.

3.- Fortalecer la inteligencia y la investigación. Este es un punto fundamental que desafortunadamente se destruyó en la pasada administración con los resultados que están a la vista: justifican la violencia en Sinaloa por un “pleito entre bandas”, se le pide a Estados Unidos un informe sobre la captura de una figura delictiva y en los hechos, la que paga las consecuencias de la inacción y de la evasiva de la responsabilidad es la población civil. En pocas palabras, no existen tareas de inteligencia e investigación. Es un buen paso que reconozcan la importancia de este punto y las retomen de la manera correcta, pues los habitantes no tienen por qué pagar la ineficiencia de sus autoridades, bajo la consigna de la continuidad de lo mismo.

4.- Consolidar el gabinete de Seguridad. Desde su fundación, Acción Nacional ha impulsado el Estado de Derecho, fortaleciendo las instituciones y asumir las responsabilidades en los tres órdenes de gobierno, en los que cada uno, con sus propias facultades, obligaciones y atribuciones definidas en la ley, coordinen esfuerzos para recuperar la seguridad pública.

Dicho sea de paso, un punto adicional que no se puede dejar de lado es ver cómo va a perpetuarse la narrativa amarillista que culpará a otros de lo que no hicieron y que tuvieron la oportunidad de hacer. 

Lo cierto es que, sin seguridad no habrá paz, sin seguridad no habrá economía fuerte. Lo cierto es que prometen lo mismo…pero más caro.

Esperamos que, en materia de seguridad, no se queden en la convencida negligencia gubernamental para simular que se defiende a los habitantes de este país. Los que tienen las atribuciones legales son las autoridades y si no hay un verdadero cambio de estrategia, obtendremos los mismos resultados.

Lo mínimo que se espera es que la presidenta, científica de formación, aplique el rigor científico y reconozca el fracaso que tenemos en materia de seguridad. No merecemos esa continuidad. Merecemos resultados.

POR ADRIANA DÁVILA FERNÁNDEZ

POLÍTICA Y ACTIVISTA

@ADRIANADAVILAF

MAAZ