CUERPO Y ALMA

Con todas sus letras

El 70 por ciento de las mexicanas mayores de 15 años ha sufrido agresiones de género

OPINIÓN

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María Elena Esparza Guevara / Cuerpo y Alma / Opinión El Heraldo de México
María Elena Esparza Guevara / Cuerpo y Alma / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Una verdad dolorosa: toda forma de violencia de género puede conducir a la muerte, sea porque escala desde las manifestaciones más sutiles hasta la más atroz —el feminicidio— o porque destruye tanto la autoestima y ganas de vivir que lleva a la víctima a ideación, planeación y tentativa suicida.

Duele porque basta recordar que, de acuerdo a la ENDIREH 2021, el 70 por ciento de las mexicanas mayores de 15 años ha sufrido agresiones de género para dimensionar el riesgo al cual se enfrentan. Y este es un buen momento para hablarlo porque septiembre es el mes mundial para luchar contra el suicidio; si nos comprometemos a combatirlo, hay que empezar por nombrarlo con todas sus letras y factores.

En México, tan solo el año pasado mil 544 mujeres decidieron acabar con su vida, según el Inegi. Su reporte anual no detalla los motivos que las llevaron hasta esa penosa situación, pero hay apuntes en el mundo que pueden darnos luz sobre algunas formas para prevenirlo. Por ejemplo, la Confederación Salud Mental España ha alertado desde 2018 respecto a que 25% de los intentos de suicidas en mujeres está vinculado a alta prevalencia de violencia de género.

La doctora Noemí Díaz, de la Facultad de Psicología de la UNAM, documentó que en nuestro país ocho de cada 10 mujeres violentadas por su pareja han pensado alguna vez en suicidarse. Pero quizá lo peor es que todavía hoy esos intentos llegan a ser usados para desacreditar a las víctimas pública y jurídicamente al mostrarlas como trastornadas y, por lo tanto, no confiables.

¿Por qué ese elemento es tan relevante? Imagina que esa mujer agredida y en depresión profunda reúne las fuerzas suficientes para denunciar a su agresor y él incluye como pruebas de que ella “no sabe lo que dice” su tentativa suicida. Un sistema judicial que investigue sin perspectiva de género la condena a consumar su intento a la siguiente.

Esto ocurre a pesar de que, desde 2011, el Convenio de Estambul insta a los Estados a evitar que esas pruebas se utilicen contra las mujeres, pero es difícil asegurar su aplicación homogénea. La buena noticia es que nuestro país es uno de los 54 que lo han firmado, otra historia es su aplicación a nivel local y especialmente en comunidades periféricas o rurales.

El suicidio es un fenómeno complejo y multifactorial. En el caso de las mujeres, no puede omitirse de la discusión pública la correlación entre ese camino de desesperanza y la normalización de las violencias en su contra.

 

POR MARÍA ELENA ESPARZA GUEVARA
FUNDADORA DE OLA VIOLETA
@MAELENAESPARZA

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