EL SARTÉN POR EL MANGO

La familia al acecho

De la misma manera que somos responsables del equilibrio ecológico del mundo en el que vivimos, nos corresponde velar por el equilibrio integral de la sociedad cuya base y sustento, es la familia

OPINIÓN

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Paz Fernández Cueto / El sartén por el mango / Opinión El Heraldo de México
Paz Fernández Cueto / El sartén por el mango / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

La familia, espacio privilegiado que las mujeres sabemos convertir en hogar, está al acecho. La institución en la que, a pesar de los pesares, los mexicanos confiamos por encima de todas las demás —como es la familia— está siendo atacada por distintos medios. Algo tan natural como el aire que circula en los pulmones, tan vital como el agua para el mantenimiento de la vida, tan eficaz para el desarrollo sustentable de pueblos y naciones, está siendo presa de la contaminación ideológica que la amenaza día con día. 

De la misma manera que somos responsables del equilibrio ecológico del mundo en el que vivimos, nos corresponde velar por el equilibrio integral de la sociedad cuya base y sustento, es la familia. Lo curioso es que, mientras la tendencia es volver a lo natural fomentando el consumo de energías limpias para evitar el deterioro del planeta, hacer ejercicio para mantener el cuerpo saludable, consumir alimentos naturales para preservar la salud, y promover políticas públicas que garanticen el desarrollo sustentable, se atenta contra la familia natural cuestionando el valor permanente de la institución más antigua del planeta, y la urgente necesidad de mantenerla en sano equilibrio. 

Si la familia está en crisis se enferma la sociedad. Y ¿quién duda que la sociedad esté enferma? Está enferma porque hemos descuidado nuestro tesoro más preciado, el lugar de nuestros seres queridos al que todos queremos volver. Por una parte, la modernidad viene asfixiando a la familia por las exigencias de un trabajo extenuante que deja poco tiempo para atender el hogar, y la convivencia entre sus miembros. Es cierto que algunas políticas la han favorecido, pero no suficientemente. La salud, elemento indispensable para el bienestar de la familia está en crisis habiendo desaparecido el Seguro Popular.  En el Seguro Social, no hay medicinas suficientes o de plano no las hay. Las madres trabajadoras se quedaron sin guarderías para dejar con tranquilidad a sus hijos, y se cancelaron las escuelas de tiempo completo que resguardaban a los niños por la tarde, mientras sus padres regresaban al hogar. Hoy estos niños están expuestos a peligros callejeros, son víctimas cautivas de las redes sociales o de la televisión. 

El acecho a la familia —por obra de la 4T— ahora viene desde la escuela, a través de los libros de texto cuya intención no es enseñar sino adoctrinar. La ideología de género, inspiradora de escuela mexicana, se opone radicalmente a los auténticos valores que dan idiosincrasia a nuestro pueblo. El ataque a la familia es brutal empezando por excluir a los padres cuando no se les consultó, pasando por encima del derecho prioritario que ellos tienen sobre la educación de sus hijos, especialmente en temas que tienen que ver con su intimidad. 

Se atenta contra la familia cuando desde el libro de texto se fomenta la promiscuidad, cuando a la salida de la escuela reparten condones a los adolescentes para experimentar, exponiéndolos a tener relaciones de riesgo y a embarazos de adolescentes. Se ataca a la familia cuando se enseña a despreciar la vida, cuando para salir de problemas se ofrece la opción del aborto eliminando al que estorba. Cuando en el libro de texto se enseña a los niños a masturbarse para obtener placer al margen del amor, abriendo las puertas a la pornografía con todos los riesgos que esto implica. Y yo me pregunto: ¿Tendrá que ver la desintegración social que vivimos, la violencia, la drogadicción, los embarazos precoces, el abandono, los feminicidios y un lago etcétera…, con deterioro que sufre la familia a consecuencia del desprecio y los ataques constantes que desde el poder sufre la familia? 

POR PAZ FERNÁNDEZ CUETO
ESCRITORA, ART DEALER, AMA DE CASA Y MAMÁ
PAZ@FERNANDEZCUETO.COM

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