COLUMNA INVITADA

Eugenio Garza Sada

El calendario marcaba lunes 17 de septiembre de 1973, eran las 9:05 de la mañana

OPINIÓN

·
Rubén Martínez Cisneros / Columna invitada / Opinión El Heraldo de México
Rubén Martínez Cisneros / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

El calendario marcaba lunes 17 de septiembre de 1973, eran las 9:05 de la mañana, la esquina de las calles Villagrán y Luis Quintanar de la ciudad de Monterrey, Nuevo León, fue el escenario del frustrado secuestro al empresario regiomontano Eugenio Garza Sada, por un comando de la Liga 23 de septiembre, justo hace 50 años.

En el automóvil Ford Galaxie, modelo 1970, color negro con la placa RHK-588, viajaba el empresario, acompañado por su chofer Bernardo Chapa y el escolta Modesto Hernández Torres, quienes repelieron la agresión, perdiendo la vida los tres ocupantes, en el lugar de los hechos también quedaron los cuerpos de dos integrantes del comando, Javier Rodríguez y Bernardo Martínez, todo fue muy rápido no más allá de cuatro minutos.

La periodista Laura Castellanos escribe en su libro México Armado 1943-1981, ERA, 2016, “El plan de secuestrar al hombre de personalidad discreta y enorme riqueza, Eugenio Garza Sada, fundador entre otras empresas de Cervecería Cuauhtémoc, Aceros Alfa…fue todo un fracaso…la Liga hizo su debut y marcó su debacle”.

Agrega Castellanos, el Galaxie negro “fue interceptado por una camioneta Ford Pick-up, recuerda Elías Orozco, Ulises, surgido del movimiento espartaquista de Monterrey, responsable del operativo. Al momento de la acción, cuando menos pensábamos ya teníamos dos compañeros caídos. Los guardias eran bastante eficaces”.

Añade Castellanos, en una entrevista ofrecida por Orozco al reportero Luciano Campos Garza del semanario Proceso, quien hizo responsable al escolta que iba de chofer, Bernardo Chapa, quien tendría la instrucción de tirar a matar al industrial para impedir a cualquier costo que fuera secuestrado.

Sin embargo, el periodista Jorge Fernández Menéndez, en su libro Nadie supo nada, Grijalbo 2007, señala, “Garza Sada fue sacado de su coche por uno de los secuestradores, mismo que le disparó a quemarropa en el costado derecho”.

En el libro antes citado, Fernández Menéndez, cita expediente 11-219-972,  fechado el 22 de febrero de 1972, remitido desde Monterrey por Ricardo Condelle Gómez al Director Federal de Seguridad en ese entonces en manos de Luis de la Barrera Moreno, titulado “Asunto: estado de Nuevo León: planes de secuestro de Eugenio Garza Sada y Alejandro Garza Lagüera”.

Fernández Menéndez, reflexiona, “El documento está fechado el 22 de febrero de 1972, un año y medio antes de que el intento de secuestro del primero…el presidente en funciones era Luis Echeverría Álvarez y el secretario de Gobernación, Mario Moya Palencia: La DFS actuaba bajo las órdenes estrictas de ambos funcionarios”

A los funerales de don Eugenio Garza Sada, asistió, Luis Echeverría Álvarez, quien se sumó al cortejo fúnebre, ahí escuchó las palabras de Ricardo Margáin Zozaya, “Se puede actuar impunemente cuando se ha perdido el respeto a la autoridad; cuando el estado deja de atender el orden público; cuando no tan solo se deja que tenga libre cauce las más negativas ideologías…”, el mandatario escuchaba impávido, silencioso.

Alicia Ortiz Rivera señala en la biografía de Eugenio Garza Sada, Planeta DeAgostini, 2002, que el jerarca del Grupo Monterrey le confió a don Javier Elizondo, “Yo sé que tarde o temprano van a quererme secuestrar, pero a mi no me pescan vivo”.

POR RUBÉN MARTÍNEZ CISNEROS

COLABORADOR

MAAZ