El terremoto ocurrido durante la noche del viernes 8 de septiembre en Marruecos ha dejado al menos 2 mil 600 muertos y 2 mil 500 heridos. Para recuperarse Marruecos requiere de un entorno de cooperación con sus vecinos. Las tentativas de rescate y recuperación se suceden sobre un escenario complicado, que podría costar a la economía hasta el 8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
En los últimos años, Marruecos ha llevado con sus vecinos y aliados algunas relaciones complicadas. Uno de ellos fue la noticia de que, junto con Qatar, había corrompido a diputados europeos. Se sumó la crisis diplomática con España, y las presiones marroquíes a Francia, en torno al tema del Sahara Occidental.
La crisis entre París y Rabat se remonta al verano de 2021 y el asunto del software Pegasus. España también tuvo su cuota de teléfonos móviles pirateados con este software espía utilizado en ese momento por los servicios marroquíes.
Asimismo, en septiembre de 2021, Argel rompió relaciones diplomáticas con Rabat en medio de una grave crisis diplomática bilateral.
Una fuente importante de fricción entre los dos es el Sáhara Occidental (RASD). El territorio fue colonia española hasta mediados de la década de 1970, y gran parte lo ha ocupado Marruecos; el resto está en manos de los nacionalistas saharauis (Frente Polisario) respaldados por Argel.
En 2020, Estados Unidos reconoció el reclamo de Marruecos sobre la zona, como parte de los Acuerdos de Abraham en los que Marruecos normalizó las relaciones diplomáticas con Israel. Éste por su parte reconoció la soberanía marroquí sobre la RASD en julio pasado. La línea diplomática oficial de Marruecos consiste tanto en defender la causa palestina, popular entre la población, como en normalizar relaciones con Israel.
El rey Mohammad VI representa a la vez la presidencia del comité Al Quds, responsable de "preservar el carácter árabe-musulmán" de Jerusalén, e impone con mano de hierro a su población la normalización con Israel. En junio pasado, por ejemplo, Saïd Boukioud, un marroquí de 48 años, fue condenado a cinco años de prisión por insultar a la monarquía tras publicar en 2020 mensajes en Facebook críticos con la normalización.
Durante mucho tiempo, Europa y Estados Unidos elogiaban a Marruecos por su "estabilidad" (conseguida con dura represión y autoritarismo) y su islam "tolerante", incluso su política exterior; ésta le ha permitido proyectarse cada vez más en África subsahariana, ocupando así el vacío dejado por Libia tras el derrumbe del régimen de Muamar Qadafi en 2011. Sin embargo, el terremoto en Marruecos, así como las gravísimas inundaciones recientes en Libia que han provocado más de 5 mil muertos, dejan duras instantáneas de Estados que intentan equilibrarse, con más o menos pendientes, en el sistema regional e internacional.
POR MARTA TAWIL
IINVESTIGADORA DE EL COLMEX
PAL