VENTANA POLÍTICA

En defensa del Frente Amplio por México

El FAM significa un gran avance en la participación democrática. Se antoja imposible un proceso en adelante sin la participación de la sociedad civil

OPINIÓN

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Verónica Ortiz / Ventana Política / Opinión El Heraldo de México
Verónica Ortiz / Ventana Política / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Hace dos meses nada hacía presagiar dónde estaría la oposición el día de hoy. Ni Xóchitl Gálvez ni Beatriz Paredes figuraban a la cabeza entre los aspirantes a la candidatura presidencial. De hecho, Xóchitl anunció el 28 de junio su decisión de contender por la presidencia. 

Apenas el 9 de julio PAN, PRI y PRD ratificaron su alianza y registraron al Frente Amplio por México (FAM) ante el INE. Poco antes, el 29 de junio, sus dirigentes nacionales presentaron a quienes estarían encargados del proceso de selección del responsable del Frente y futuro candidato(a) presidencial. El Comité Organizador quedó integrado por los ex consejeros electorales Marco Baños, Arturo Sánchez, Alejandra Latapí, Ma. Teresa González, Rodrigo Morales y Patricia McCarthy, así como Juan Manuel Herrero (exdirector del Registro de Electores). 

En el lapso de sesenta días, el Comité Organizador diseñó e implementó un ambicioso procedimiento que incluyó el registro digital y verificación de casi 2 millones de ciudadanos; dos series de sondeos de opinión; un foro general en la CdMx y cinco tematicos en Durango, Monterrey, León, Guadalajara y Mérida. En todas las etapas hubo participación ciudadana y ese es el mayor mérito. Por ello discrepo de quienes han descalificado sin más el ejercicio o lo han equiparado al del frente oficialista. 

De entrada, el FAM significa un gran avance en la participación democrática. Se antoja imposible un proceso en adelante sin participación de la sociedad civil. La marea rosa en defensa del INE despertó a la ciudadanía y marcó la pauta a los partidos. Las organizaciones civiles han acompañado los trabajos del Frente en todo el país. 

El paso de trece aspirantes a dos finalistas no fue del todo terso. Varios salieron pateando la mesa, en contraste con la calidad democrática de Enrique de la Madrid y Santiago Creel. 

A diferencia del proceso en Morena, los aspirantes del FAM no tapizaron ciudades, carreteras, transporte público o bardas con su propaganda. Tampoco llenaron plazas con acarreados. Y en claro contraste con las “corcholatas”, los contendientes de la oposición expusieron públicamente sus ideas sobre los retos que enfrenta el país y respondieron -sin guión de por medio- a cuestionamientos de ciudadanos, especialistas y moderadores en los foros. 

Los resultados de los últimos sondeos (3 mil casos en vivienda y 3 mil telefónicos en todo el país) confirmaron el respaldo social a Xóchitl Gálvez. El mensaje de Beatriz Paredes confirma su convicción democrática y enorme valor para el Frente. 

Faltó la consulta del 3 de septiembre, pero no se canceló la participación ciudadana. Escuché a José Antonio Crespo lamentar que no se llegara al final del proceso y quedarnos en un 60%. Pero la democracia es un proceso de aproximaciones sucesivas. Y, en todo caso, 60 es más que 0%.

Como bien señaló Alejandra Latapí, el objetivo era sacar adelante un proceso inédito de alianza entre partidos y sociedad civil. Y eso se logró.

POR VERÓNICA ORTIZ

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