COLUMNA INVITADA

Suministro de agua: una cuestión que va más allá de las cifras

La crisis del suministro de agua en México es un recordatorio contundente de que sólo a través de una colaboración integral sostenida, se podrá asegurar un futuro donde el agua sea un derecho accesible para todos y no un privilegio limitado por fronteras geográficas o socioeconómicas

OPINIÓN

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Emilio Suárez Licona / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México
Emilio Suárez Licona / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En este espacio ya hemos insistido de manera reiterada en torno a la relevancia apremiante de detonar acciones de alcance nacional que permitan abordar los grandes problemas del país en materia hídrica. Sin embargo, esta necesidad se torna aún más significativa en el marco del árido panorama mexicano; pues ha surgido un dato alarmante: el suministro per cápita ha alcanzado su peor nivel en 24 años, según la CONAGUA.

Dichas cifras pintan un cuadro sombrío, revelando una disminución drástica en el abastecimiento de agua para cada habitante del país desde 1996. Cabe señalar que en ese año, se proporcionaban 348.3 L diarios en promedio por persona, una cantidad que reflejaba cierto nivel de bienestar y seguridad hídrica. No obstante, los datos más recientes marcan un punto de inflexión preocupante, con un suministro diario promedio de 240 L –una variación negativa del 31.09%.

Las causas detrás de esta dramática caída son diversas y complejas, y a menudo se entrelazan en un mosaico de desafíos. Desde problemas demográficos hasta la explotación agrícola y la falta de planificación en la gestión hídrica, cada elemento contribuye a la crisis que enfrentamos actualmente.

En ese sentido, no es de sorprender que la falta de anticipación al crecimiento demográfico en las áreas urbanas y la necesidad del agua, ha dejado al país en una posición vulnerable. De modo que la ineficiencia en la reutilización del agua y la falta de captación de agua de lluvia exacerban aún más el problema.

Los datos no mienten: ciertos estados han logrado mejoras notables en el suministro de agua, en su mayoría, gracias a una inversión en tecnología y enfoque en la agricultura. Sin embargo, esto no debe enmascarar una realidad más amplia. El incremento en la disponibilidad per cápita no necesariamente se traduce en una mayor cantidad de agua para cada estado, sino en un uso más eficiente del recurso. Por lo que es importante tomar las cifras con precaución; ya que si bien muestran un promedio, no reflejan la disparidad entre regiones, donde algunas áreas apenas reciben el líquido esencial a través de pipas –aseguran expertos.

No cabe duda que es momento de abordar este desafío con soluciones sólidas y a largo plazo; pues las cifras actuales no sólo son preocupantes en términos absolutos, sino también en relación con los estándares internacionales de bienestar. En ese orden, es preciso señalar que la OMS establece que una persona requiere entre 50 y 100 L de agua al día para satisfacer sus necesidades básicas. Y a pesar de que algunos estados superan esta cifra, la mayoría se encuentra por debajo, lo que indica una brecha en el acceso a recursos vitales.

La crisis del suministro de agua en México es un recordatorio contundente de que sólo a través de una colaboración integral sostenida, se podrá asegurar un futuro donde el agua sea un derecho accesible para todos y no un privilegio limitado por fronteras geográficas o socioeconómicas.

 

POR EMILIO SUÁREZ LICONA

CONSULTOR Y PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD PANAMERICANA

@EMILIOSL

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