Al dirigirse al público, es común cuestionar sobre sus experiencias personales con el circo. ¿Acaso han tenido la oportunidad de visitar uno? ¿Qué impresiones dejó en ellos? Actualmente, México alberga una diversidad de circos, tanto nacionales como extranjeros, éticos y no, que se adecúan y orientan hacia distintos sectores. Sin embargo, es interesante destacar que todas las clases tienen, de alguna forma, acceso a este entretenimiento.
El primer circo arribó en el periodo entre 1808 y 1809, durante la época de Nueva España. Este era propiedad del inglés Philip Lailson y fue denominado el "Real Circo Ecuestre o de Equitación". Es esencial mencionar que el modelo contemporáneo dicho espectáculo se originó en Gran Bretaña durante el siglo XVIII, por lo que su influencia en México fue casi inminente. Lo que lo distinguió inicialmente fueron sus actos ecuestres y de volteo.
A medida que el tiempo avanzó, artistas internacionales comenzaron a desembarcar en tierras mexicanas con sus respectivos espectáculos. Charles Green, de origen estadounidense, trajo en 1831 su espectáculo ecuestre. No obstante, fue en 1841, tras una serie de inestabilidades políticas, cuando se erigió el primer circo genuinamente mexicano. Este pertenecía a José Soledad Acayo y se bautizó con el nombre de"El Circo Olímpico". Con el paso de las décadas, la popularidad de estos eventos creció entre la población. Tal y como lo señala la historiadora Osiris Arista, se convirtieron en una atractiva alternativa de ocio para diversas clases sociales.
En 1864, Giuseppe Chiarini, originario de Italia, revolucionó la escena circense introduciendo elementos artísticos de Europa y Estados Unidos. Además, destacó por inaugurar un circo-teatro permanente iluminado con gas y ofreciendo montajes de gran envergadura. A finales del siglo XIX, varios circos prosperaban en el país, tales como el Circo Suárez, el Metropolitano de los hermanos Orín, y el Circo Atayde Hermanos. Es relevante mencionar que había disposiciones oficiales que los situaban lejos de zonas residenciales debido a quejas sobre el ruido de los animales.
En 1902, un escritor del Mundo Ilustrado decía lo siguiente sobre el circo en su época: “Hacia él van las gentes apresuradas como los insectos hacia la llama. El esplendor conquista y poco antes de las nueve, el jardín del pórtico apenas puede contener en sus angostas calzadas a la muchedumbre inquieta: la aristocracia penetra en grupos compactos por las anchas puertas de medio punto… Y por las fachadas laterales… se filtra la concurrencia plebeya” …
La historia del circo en México ha evolucionado de manera significativa con el paso de los años. Aun en tiempos contemporáneos, sigue siendo parte del entretenimiento en varias zonas del país.
POR IGNACIO ANAYA
COLABORADOR
@Ignaciominj
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