La Cuauhtémoc es, estoy convencido de ello, el corazón y el espíritu de la capital. Esto no tiene tanto que ver con que sea la sede de los tres Poderes de la Unión, ni con el hecho de contar con el principal corredor económico de la nación; sino con la enorme diversidad de su gente, que se expresa en una vasta pluralidad de expresiones, identidades, formas de vida y sentidos de pertenencia.
De hecho, son estos elementos identitarios los que hacen que cada cuauhtemense se sienta orgulloso u orgullosa de su colonia, su alcaldía y de la gente que la habita. Y es que, si lo pensamos bien, la Cuauhtémoc es la representación perfecta de ese México compuesto por cientos de Méxicos: de Atlampa a la Morelos, de la Roma a la Buenos Aires, nuestra demarcación se conforma por toda multiplicidad de colonias y barrios, de estilos arquitectónicos y ordenamientos urbanos, de parques, plazas y monumentos, de oficios y vocaciones económicas, de comercio, productos y diversidad gastronómica, de expresiones culturales y artísticas.
La enorme diversidad de México cabe y coexiste en la Cuauhtémoc. Y esta es su principal fuerza. Con todo, y lo digo desde la más respetuosa y constructiva de las críticas, me preocupa mucho que desde hace 21 meses en el gobierno de la alcaldía se hayan instalado las ideas de unicidad, cerrazón y simplismo, desconociendo los colores que nos representan y caracterizan, para cubrir su vivacidad con blanco y gris.
Por eso quiero dedicar esta columna a hablar de aquellos sectores de nuestra demarcación que, hoy por hoy, siguen haciendo la diferencia en la forma de avanzar como alcaldía: sobre aquellas personas que resisten, defienden lo logrado y apuestan por seguir haciendo de la pluralidad nuestra fuerza.
De las personas que integramos la diversidad sexual y de género a aquellas que promueven una agenda ambientalista integral, de las y los agentes culturales que defienden día a día este derecho a aquellas personas emprendedoras y promotoras del turismo, la economía de la hospitalidad y la promoción internacional de nuestra alcaldía y sus espacios.
Estas son sólo cuatro de las áreas en las que vecinas y vecinos, personas empresarias, activistas y académicas, funcionarias públicas y líderes comunitarias han decidido que la Cuauhtémoc es mucho más grande que una sola persona, y que nos necesita a todas y todos.
Porque, al igual que a ellas y ellos, me queda claro que construir las soluciones que requerimos, hacer frente a los retos y áreas de oportunidad sólo es posible si lo hacemos en comunidad, con resiliencia, apertura y diálogo democrático. Así, de cara a un gobierno que ha preferido el escándalo y que le ha dado la espalda a los proyectos comunitarios y vecinales, a la cultura, el cuidado al medio ambiente, el turismo y el esparcimiento y los derechos de todas las personas, esta alcaldía que vio nacer a la sociedad civil organizada tiene hoy el deber de reafirmarse como epicentro de la transformación profunda que nuestra ciudad y nuestro país requieren y merecen.
Con eso en mente, a lo largo de los últimos meses, y como parte de mi labor de representación como diputado de la Cuauhtémoc, he empezado a realizar diálogos sectoriales con aquellas personas y organizaciones que representan a cada una de estas agendas que hoy defienden los avances obtenidos en el pasado, resisten los embates autoritarios y representan la esperanza en una alcaldía en la que avancen, crezcan y cuenten todas y todos.
Estas sesiones sectoriales nos han permitido, por un lado, iniciar un diagnóstico del estado actual de la alcaldía, de la voz de quienes aquí viven, trabajan y transitan día a día; por el otro, nos permite fortalecernos colectivamente, para la construcción de un proyecto que defienda, rescate y restaure el orgullo de la Cuauhtémoc, que hoy se encuentra en jaque.
Y cuando digo que estamos abocadas y abocados a la construcción de un proyecto mediante estos diálogos sectoriales, no quiero que se entienda bajo la simple lógica electoral: se trata de comprender que, hoy, asegurar el rescate de nuestra demarcación va más allá de un partido o de un candidato o candidata: requiere un proyecto sólido, fundamentado, incluyente y representativo que dé respuesta a todas aquellas voces y experiencias que hoy nos demandan tomar acción.
Así, a lo largo de cuatro diálogos sectoriales hemos podido ya definir 40 puntos de reflexión para la acción ambiental, cultural, turística y LGBTIQ+ en la Cuauhtémoc, de cara a los años por venir. Mediante estos espacios de reflexión hemos podido constatar la necesidad de traducir los derechos reconocidos a las personas de la diversidad sexual y de género en realidades, lo que sólo es posible mediante la formulación de políticas públicas específicas desde todos los niveles de gobierno, empezando por las alcaldías, y con perspectiva interseccional.
Hemos logrado reconocer los retos que implica la agenda ambiental en una alcaldía como la nuestra, cuya solución empieza por cambiar los paradigmas caducos que, hasta hoy, han determinado la forma en que el gobierno da mantenimiento a parques y áreas verdes, interactúa con la fauna urbana, garantiza los derechos de los seres sintientes, aprovecha los recursos naturales bajo una perspectiva de derechos y la manera en que se ha dado el crecimiento urbano y el ordenamiento territorial.
Hemos puesto el énfasis en la necesidad de garantizar el derecho a la cultura y las artes desde una perspectiva comunitaria y con vocación colectiva, incluyendo a todos los agentes y actores que preservan, difunden y dan vida a la cultura, en cada una de las 33 colonias de nuestra demarcación.
Finalmente, hemos ganado la capacidad de ver que, para aprovechar la riqueza turística de la alcaldía, que año con año recibe a más de ocho millones de turistas, es necesario asumir un compromiso permanente con la vinculación entre agencias de viajes, hoteles, restaurantes, mercados, personas artesanas, responsables de museos, gobierno y todos aquellos agentes responsables de preservar y promover los atractivos de la capital de la capital.
En los siguientes meses habremos de continuar estos diálogos sectoriales, ampliándolos a más agendas, causas y poblaciones. Esta es mi convicción como representante de una alcaldía cuya diversidad humana, económica, social, cultural, artística, visual, identitaria y urbana me llena de orgullo. Por ello, creo firmemente que, ante la unicidad, la cerrazón y el simplismo que hoy gobiernan, las y los cuauhtemenses demostremos que los únicos valores que nos representan son la apertura, el diálogo, la pluralidad y la construcción de comunidad.
Temístocles Villanueva Ramos
Diputado de Morena en el Congreso CDMX
@TemistoclesVR
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