La revolución digital que hemos vivido en los últimos años, nos da un respiro de modernidad e innovación. Resulta impresionante cómo con un solo aparato podemos comprar boletos de avión, comunicarnos con personas en otros continentes de manera instantánea, tomar fotos, almacenar estas fotos y compartirlas en el momento con otras personas. Hace poco vi un estudio sobre cómo las pruebas de embarazo Clear Blue, que son digitales, contaminan cientos de litros de agua en los vertederos a los que van a parar. Esto me puso a pensar si verdaderamente la revolución digital nos pone un paso más cerca de estar en armonía con la naturaleza.
Dentro de la sustentabilidad existe una ecuación que es la IPAT, una representación matemática simple con la que podemos cuantificar el impacto de las actividades humanas. Como pueden ver, los avances tecnológicos son de suma importancia en nuestro camino a la sustentabilidad y regeneración. A mayores descubrimientos tecnológicos que eficienticen el aprovechamiento de recursos o disminuyan la contaminación, disminuye la afluencia o niveles de consumo. A mayor población mayor afluencia, pero si existen avances tecnológicos, este impacto disminuye.
Creo que necesitamos innovaciones que nos ayuden a avanzar rápidamente hacia un mundo con bajas emisiones de carbono. Pero también creo que las innovaciones tienen que ser creadas desde su nacimiento con el objetivo de causar el menor impacto al planeta posible. Que se tome en cuenta su huella de carbono durante la creación y durante su utilización, de igual manera su huella hídrica y el impacto que tiene desechar dicha tecnología. Yo sigo pensando, dónde quedó el Nextel rosa que tenía hace 15 años.
Les puedo apostar que todos hemos recibido algún correo con la leyenda: “Piensa antes de imprimir este correo, salva árboles”; excelente iniciativa para todas las empresas en el 2010. Me encantaría que estas empresas hoy nos explicaran la cantidad de bodegas con miles de procesadores que necesita Google para almacenar los mil correos que tenemos en la bandeja de entrada. La realidad es que los procesadores y las granjas de servidores necesitan energía y esta energía en gran porcentaje viene de la quema de carbón en las centrales eléctricas.
En un mundo ideal, todo es digitalizado, existen procesos eficientes de reciclaje de aparatos electrónicos, y estos aparatos son alimentados por fuentes de energías limpias. Creo que necesitamos un balance entre técnicas ancestrales que nos acerquen a la naturaleza y avances tecnológicos que nos ayuden a descarbonizar nuestra vida.
POR ARIADNA FUENTES
COLABORADORA
@ariadnafuug
MAAZ