LA ENCERRONA

El trend de Barbie

Porque Barbie es un juguete, pero al mismo tiempo es una concepción del feminismo y, a su vez, una contradicción de esta

OPINIÓN

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Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de México
Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

“Sé siempre tú misma, ese es el verdadero secreto.” Barbie

Todo el mundo se pintó de rosa. Ayer fue el estreno de la película Barbie en nuestro país y ha sido todo un fenómeno, no sé cuál sea su calidad cinematográfica, pero el revuelo que ha causado no se puede pasar por alto. Vemos colecciones de ropa en fucsia, marcas de alta gama de equipaje con series dedicadas a la muñeca icónica, emojis en todas las redes sociales con la B rosada y con florituras, miles de memes con Barbie y Ken, incluso si realiza se una búsqueda de Barbie en google la pantalla se pondrá color de rosa con animaciones de flores y estrellas.

Sin embargo, más allá del fucsia -o rosa mexicano-, existe un debate profundo inherente a la muñeca Barbie. Este juguete nace en 1959 diseñado por una mujer de negocios, Ruth Handler, quien al ver a su hija, de nombre Barbara, jugando con una muñeca de papel, confeccionando ropa (también de papel), pensó en realizar una muñeca de plástico, tridimensional, que no fuera la representación de un bebé, sino de una mujer, con miles de atuendos, tales como los sueños de todas las mujeres. Handler pensó que si podía inspirar a su hija Barbie a poder imaginar una vida exitosa profesionalmente, empoderada de manera individual y no como -acompañante- de un hombre, podría hacerlo con las demás niñas del mundo.

Porque Barbie es un juguete, pero al mismo tiempo es una concepción del feminismo y, a su vez, una contradicción de esta. Ruth Hadler imaginó a una mujer “perfecta”, con una silueta estilizada, rubia, independiente y empoderada. Barbie tenía la “casa de sus sueños” cuando a las mujeres de su tiempo no podían acceder a un crédito hipotecario; tenía un cuerpo eternamente perfecto, porque la propia Ruth sabía la degradación que causan al cuerpo humano el tiempo y las enfermedades pues ella tenía el pecho maltrecho a causa de dos mastectomías; Barbie podía ser astronauta o doctora o presidenta, antes que cualquier mujer lo pudiera imaginar.

Ahora bien, sin conocer esta historia, el imaginario colectivo acerca de Barbie, es totalmente lo contrario. Es la representación de la mujer plástica, vacía, superficial, estilizada, falsa, tonta y una larga lista de etcéteras en el mismo tenor. Incluso la figura y el nombre alude a ser insultante, en los años 70 existieron consignas dentro de marchas feministas en Estados Unidos que decían “no soy una Barbie”. Aunque Barbie (Mattel) ha intentado adaptarse a los tiempos actuales a través de la generación de cientos de tonos de piel, distintas tallas y estatura o diversas etnias, el significante de la Barbie, no ha cambiado.

Así, Barbie vuelve a pintar al mundo de rosa. Veremos si la película puede plasmar la dicotomía que encierra esta muñeca que ha acompañado a generaciones de niñas y adolescentes alrededor del mundo. Replantear su concepción y su actual percepción será cuestión individual, sin embargo, la idea de “ser una Barbie” tendría que volver a ser aquella de la mujer soñadora, la que es banquera, política, astronauta, comerciante, CEO, ama de casa, esposa, madre, hija, futbolista, etc. es la que deberá de permanecer. Seguir soñando y alcanzar los sueños de todas nosotros es en la idea que decido creer. El fenómeno y trend Barbie nos vuelve a permitir reflexionar acerca de nosotras.

 

POR ADRIANA SARUR

ADRIANASARUR@HOTMAIL.COM

@ASARUR

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