Sobrevivir al neoliberalismo mexicano no ha sido fácil. El pueblo ha hecho, literalmente, de todo para sobrellevar la embestida tecnócrata. Como fase en la historia, la neoliberal forjó prácticas sociales específicas que surgieron en las élites (clases ociosas) y fueron permeando en el pueblo.
En ese contexto, el huachicol (robo de hidrocarburos) refleja el síntoma de la enfermedad neoliberal, segmentos del pueblo en contra de su voluntad asumieron por propias prácticas “romantizadas” de los delincuentes de cuello blanco. Cabe recordar que, en su enorme avaricia, como lo ha dicho el presidente Andrés Manuel López Obrador, la élite neoliberal justificó y se vanaglorió del robo de recursos públicos para el enriquecimiento de sus funcionarios, empresarios y jueces.
Pues el método del huachicol se reprodujo en los años obscuros de la derecha en la extracción ilícita de otros bienes públicos y estratégicos como las armas y el agua. Actualmente, como se ha presentado en muchas ocasiones durante los avances de la estrategia Cero Impunidad (que significa que todos los delitos deben ser perseguidos y los responsables, procesados y sentenciados), en trabajo coordinado, gobiernos locales y federal, han reducido el delito de robo de combustible en diversas regiones del país, a pesar de la falta de apoyo por parte del poder judicial para perseguir ese delito nacional (1).
De igual forma, la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana en el Gobierno de México, Rosa Icela Rodríguez, ha insistido en que detener el huachicol se traduce en mayor disposición de recursos para programas sociales, obra pública y salud, aproximadamente de 271 millones de pesos (2).
Pero sobre todo, representa el interés humanista de priorizar el bienestar y la vida, a contra pelo del riesgo mercantil de participar en la mal llamada “industria de la extracción ilegal de combustible o hidrocarburos”.
No ha sido un trabajo fácil, pero reducir el delito y modificar las prácticas socio económicas en algunos sectores de la población expresa el desmantelamiento del modelo neoliberal desde el estado mexicano, en el gobierno y un paso hacia la reparación de sus terribles daños contra el pueblo. Ha representado el compromiso de funcionarias y funcionarios públicos por hacer del humanismo mexicano el ideal tangible de trabajar siempre por el bienestar del pueblo.
El huachicol, como otras prácticas del neoliberalismo en México, desaparecerá si se extiende el accionar del buen gobierno.
También si se mantiene en el centro de la acción pública el cuidado de los bienes de todas y todos y si se vuelve costumbre, aunque incomode, la priorización de la estrategia del presidente López Obrador de los abrazos a los balazos en todas las estrategias de seguridad pública.
1. Comunicado de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana del 27 de junio de 2023
2. El Heraldo de México, 8 de julio de 2023
POR JUAN LUIS FLORES RAMÍREZ
COLABORADOR
MAAZ