APUNTES DE GUERRA

¿Flores de un día?

México necesita a alguien que sepa darle relevancia y visibilidad a muchos de los excelentes cuadros políticos que están subsumidos

OPINIÓN

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Gabriel Guerra / Apuntes de Guerra / Opinión El Heraldo de México
Gabriel Guerra / Apuntes de Guerra / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Hay en la oposición mexicana una tendencia a descalificar a cualquiera que los critique o cuestione, como si la crítica fuera equivalente a un perverso deseo de que les vaya mal o una muestra de cercanía con el régimen.

Curiosa, aunque no sorprendente, es la coincidencia que tienen en eso con el oficialismo mexicano, que ve también moros con tranchete e imagina complots y confabulaciones cada vez que alguien le señala alguna deficiencia.

Hay un doble problema en esta intolerancia a la crítica de parte de algunos sectores y personajes destacados de la oposición (y de muchos de sus voceros informales que no pueden ser más obvios): el tiempo le ha dado la razón a la mayoría de sus críticos, y los resultados no han provocado ni una revisión ni un cambio de rumbo o estrategias: una y otra vez las mismas recetas, los mismos discursos, las mismas fórmulas. Y una y otra vez, por supuesto, los mismos resultados.

Yo he sido particularmente crítico con la alianza opositora, desde sus albores en las elecciones de 2018 y hasta la fecha. He tratado de ser respetuoso y de no faltar a la verdad, y, sobre todo después de esas elecciones, mi ánimo ha sido el contrario a lo que sus escuderos presumen.

Yo no le deseo mal a la oposición, todo lo contrario: creo que sí algo le urge a México es una alternativa política seria, congruente, que ofrezca opciones a los votantes que vayan más allá del anti lopezobradorismo patológico, del odio hecho plataforma y discurso.

México necesita a alguien que sepa darle relevancia y visibilidad a muchos de los excelentes cuadros políticos que están subsumidos por las dirigencias partidistas actuales, marcadas ya por su ineficacia o por su corrupción y su cinismo.

Me preocupa que cinco años después de la sonora derrota en las urnas, los partidos hoy unidos (es un decir) en la alianza de Va por México no se hayan renovado en sus dirigencias o en sus prácticas. Me preocupa que ante las muchísimas ineficiencias y negligencias gubernamentales sólo haya bilis e insultos en vez de propuestas serias. Me preocupa que toda la agenda opositora se resuma en el regreso al pasado, como si ese pasado no fuera el que nos llevó a un punto de quiebre nacional.

Y me preocupa también este afán de tantos aliancistas por denigrar y pelearse hasta con el espejo: las hordas tuiteras que son igual de groseras que las del oficialismo, las ofensas y agravios de personas que uno creía sensatas, los argumentos infantiles para justificar las carencias y errores propios, el histrionismo que no da ni siquiera para reírse porque provoca más bien ganas de llorar ante el deplorable nivel del debate.

Me dirán que todo eso hace o hizo alguna vez igual el hoy oficialismo, y tal vez sea cierto. Pero qué triste que nuestras supuestas opciones no hagan otra cosa que copiar las peores conductas de Morena y los suyos.

De nada sirven sus pasarelas o sus alternativas de candidatos si las estructuras no cambian: hasta la flor más atractiva se marchita junto a la podredumbre.

POR GABRIEL GUERRA
COLABORADOR
GGUERRA@GCYA.NET
@GABRIELGUERRAC

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