ENVÍO DIPLOMÁTICO

Sucesión y secesión

A la llegada de un nuevo titular a la Secretaría de Relaciones Exteriores se da un fenómeno que puede variar de algunas semanas a algunos meses; se trata de la integración del nuevo equipo que llega con ese o esa titular con el personal de carrera del Servicio Exterior Mexicano (SEM)

OPINIÓN

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David Nájera / Envío Diplomático / El Heraldo de México
David Nájera / Envío Diplomático / El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

A la llegada de un nuevo titular a la Secretaría de Relaciones Exteriores se da un fenómeno que puede variar de algunas semanas a algunos meses; se trata de la integración del nuevo equipo que llega con ese o esa titular con el personal de carrera del Servicio Exterior Mexicano (SEM) y con el personal de base y con funcionarios con antigüedad en la Secretaría. A diferencia de la mayor parte de la estructura gubernamental que muda de personal, la permanencia de los miembros del SEM suponen una gran ventaja para quien llega a encabezar los asuntos de la política exterior pues esa estructura da continuidad y experiencia a los negocios internacionales del país. 

De ahí que aún con personalidades fulgurantes o incluso ajenas a los temas internacionales el proceso de integración de ambos equipos, digamos, el recién llegado y el permanente, dará seguimiento a los pendientes, mantendrá al día la participación mexicana en diversos temas externos y él o la nueva responsable podrá imprimir su sello a los temas y será el vínculo entre la visión internacional del mandatario y su diplomacia. 

Fernando Solana, por ejemplo, llegó con un equipo grande y ajeno en su mayoría en un momento de “modernidad”, la renovación generacional se dio mediante numerosos concursos de ingreso y de ascenso que dotaron a nuestra diplomacia de una perspectiva renovada y crecientemente incluyente y abierta a las grandes tendencias internacionales en un momento sustantivo de la historia reciente, el fin de la “Guerra Fría” y la apertura de la economía mexicana. 

Desde el año 2001, parece no haber habido una claridad de cómo procesar este trance de integración entre equipos. Mucha retórica y declaraciones, pero en la gestión inicial de ese período excepto algunas vendettas personales dirigidas por el titular, el SEM fue la columna vertebral de la gestión sumando algunos nombramientos políticos especialmente del interés del titular más que del Presidente Fox. 

El período de Calderón fue precedido de tronantes declaraciones del principal aspirante al puesto, miembro del SEM, por cierto, quien urgía una necesaria “depuración” de los miembros de carrera. Extraño considerando que para entonces el mismo tenía apenas unos 15 años en una carrera que promedio de 30 a 40 años de duración. Pareciera que quien se quedó finalmente con el puesto también quiso atender ese deseo real o imaginado del Presidente. Sendos procesos de retiro anticipado, contados exámenes de ingreso y de ascenso condujeron a que el rejuvenecimiento de los años noventa se detuviese y se crearan cuellos de botella con la llegada de más de 200 nombramientos políticos en los rangos del SEM, con 100 personas compitiendo por 8 plazas de ascenso ralentizando el desarrollo profesional y un difícil trato personal. 

De 2012 a 2017 poco cambiaron las cosas, si bien los equipos recién llegados y los de carrera se integraban y procesaban las directrices de cada gobierno, la limitada renovación de cuadros y promoción escalafonaria afectó el ánimo del Servicio Exterior. Ese fue un sexenio con tres titulares, es decir, tres veces fue necesario procesar la llegada de nuevo personal coordinándose con el permanente, aprendiendo sobre la marcha y con una intensa agenda internacional, tanto del mandatario como de la dinámica mundial, tan sólo en los últimos dos años de esa gestión se desbloquearon los cuellos de botella, se tuvieron dos concursos de ascenso ocupando plazas vacías por jubilación, muerte o renuncia acumulados por años. 

Por historia y geografía nuestra relación determinante es con Estados Unidos y la agenda es enorme. Sin embargo, el esfuerzo por la diversificación tanto política como social y económica ha sido objetivo constante en casi todos estos años. Es en toda la agenda que la experiencia del SEM da continuidad y su probada lealtad institucional termina por ser garantía para la gestión. 

Ahora que viene una sucesión más al frente de la Cancillería destaca la limitada integración que entre ambos equipos ha habido en estos años, incluso la politización parcial de colegas en el SEM que se ha intentado al generar acciones electorales apenas encubiertas en los ires y venires del titular que parte. Los diplomáticos profesionales en todo el mundo son apartidistas, no apolíticos ni omisos de opiniones, pero con una clara separación entre lo político y la lealtad al Estado que representan, esa es precisamente la garantía profesional. 

La secesión que se hizo presente en estos casi cinco años impactó sin duda al SEM pero ¿para qué? Pues no hay duda de que el Presidente López Obrador confía en su diplomacia y en el equipo que la encabeza. Depositó su confianza en un titular y lo hará en la sucesión con alguien más que encontrará en la Secretaría, como desde hace 201 años, un equipo profesional y comprometido con México.

 

POR DAVID NÁJERA
EMBAJADOR DE MÉXICO, ACTUALMENTE PRESIDE LA ASOCIACIÓN DEL SERVICIO EXTERIOR MEXICANO

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