COLUMNA INVITADA

Un fénix de nombre México

Caminando a través del velo del tiempo, uno puede encontrarse con una criatura misteriosa

OPINIÓN

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Ignacio Anaya Minjarez / Colaborador  / Opinión El Heraldo de México
Ignacio Anaya Minjarez / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Caminando a través del velo del tiempo, uno puede encontrarse con una criatura misteriosa, un ave fénix llamada México. Así es como contemporáneamente entendemos a esa gran masa de tierra que ahora constituye un país, pintado con los colores vibrantes de un pasado antiguo y una historia rica.

El territorio mexicano, como un fénix, ha vivido un ciclo de muerte y renacimiento, construido sobre las cenizas de las antiguas civilizaciones que lo habitaron. Los pueblos y gentes de Aridoamérica, Mesoamérica y Oasisamérica, las antiguas plumas de esta criatura, son vestigios de un pasado que arde con esplendor ante los ojos de nacionales y extranjeros. Su legado se observa en sus descendientes, así como en las estructuras que aún se mantienen en pie hoy día.

La conquista española llegó como un viento fuerte, amenazando con extinguir las llamas de este fénix y trayendo graves consecuencias para los habitantes originarios. Sus creencias, su manera de concebir la realidad, fueron transformadas. Los efectos de este proceso aún perduran, porque no todo se extingue. Sin embargo, también dio origen a una nueva forma: una fusión de culturas indígenas y europeas, un mosaico de tradiciones y costumbres que han moldeado la identidad de México.

El siglo XIX y su secuencia turbulenta de guerra tras guerra fueron un incendio furioso que amenazaba con reducir al fénix a cenizas. Pero en cada ocasión, México se vio obligado a renacer, resurgiendo con nuevas plumas, tal como el fénix que debe empezar una nueva vida.

La Revolución Mexicana, quizás uno de los procesos más relevantes para la actualidad, vio al pequeño fénix nacer de una épica aparente. No tardó en darse cuenta de que creció dentro de una prisión, de la cual no ha logrado salir aún. Abundan las transformaciones, pero los cambios verdaderos son pocos.

El México contemporáneo se enfrenta a nuevos desafíos, como la desigualdad, la corrupción y la violencia, por mencionar algunos, que amenazan con extinguir su fuego. ¿Será en las llamas donde encuentra su fuerza, surgirá siempre renacido, siempre resistente, de las cenizas de estos desafíos? ¿Qué le depara el futuro a este noble ser?

México, como el fénix, es muerte y renacimiento. Su historia está llena de estos momentos, y no me atrevería a decir si son buenos o malos; simplemente son el fluir de las cosas, pero ello no significa que se deban olvidar. Cada capa de su plumaje relata una parte de esta compleja narrativa, cada pluma es una historia, una vida, un susurro del pasado y una nueva promesa para el futuro.

El vuelo del fénix en este territorio aún no ha terminado. Todavía tiene muchos cielos que surcar, muchas historias que contar. Y aunque su camino pueda estar lleno de vientos tempestuosos, seguirá volando, no le queda otra opción.

POR IGNACIO ANAYA

COLABORADOR

@Ignaciominj

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