COLUMNA INVITADA

Las panaderías

Dicen que las penas con pan son buenas; infaltable en la mesa del comedor de las familias mexicanas

OPINIÓN

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Rubén Martínez Cisneros / Colaborador / Opinión El Heraldo de México
Rubén Martínez Cisneros / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Dicen que las penas con pan son buenas; infaltable en la mesa del comedor de las familias mexicanas, hacen gala de presencia, ya en una bolsa, canasta, plato; las conchas, novias, bísquets, bolillos, polvorones, donas, ojos, para ser acompañados con una taza de café, atole, chocolate, avena o un té, alimento de los alimentos escribe don Paco Ignacio Taibo 1. 

Pasar frente a un expendio de pan, panaderías, panificadoras, donde la vista inquisidora se posa en la estantería, charolas, cajas de madera, o en la jaula, debidamente acomodados se encuentran los panes e invitan a comprar seducidos por el agradable aroma, a pesar de la dieta. 

En aquellos años era común ver al panadero en su bicicleta y su canasto sostenido en la cabeza con gran equilibrio, llegar al changarro Las quince letras, acomodar canasto o chiquihuite en el mostrador con sus respectivas tenazas y correr la voz, ya llegó el pan. 

De acuerdo al folleto El pan popular escrito por Alfonso Romero y Eder Mendoza, editado por FONART, “En el México prehispánico no existía el trigo. Poco después de la conquista de nuestro país por los españole, fue introducido el cultivo de dicho cereal que llevó a la posterior elaboración del pan”, se dice que un soldado de Hernán Cortés de nombre Juan Garrido sembró en Coyoacán tres semillas de trigo que venían en unos sacos de arroz, de las cuales se logró una y nacieron 47 espigas y de ahí como dice la adivinanza, “Fanfarrias en la mesa…del trigo una sorpresa”. 

 El cronista Salvador Novo, refiere, “Antes, Lot (Génesis III) hizo una fiesta “e hizo pan”. Y Abraham, cuando recibió a los ángeles, ordenó a la diligente Sara (Génesis XVIII) que preparara panecillos. 

Más aún, en liturgia católica se cita al Evangelio según San Mateo La multiplicación de los panes, Jesús “tomó los siete panes y los peces, dio gracias, los partió y los dio a los discípulos y los discípulos a la gente”. 

Agrega Novo, en su texto Antología del pan; el 5 de febrero de 1580 se publica la “Ordenanza del pan” firmada por el Virrey Hernríquez, la cual exigía “que ninguno sea osado de vender pan en su casa ni pública ni secretamente, sino en las plazas y partes públicas donde se lleve luego que se saque del horno, penas de perdido el pan…”. 

En nuestro país existe un abanico de variedades de nombres del pan, entre ellos citamos, la chirimoya, granada, espejo, lima, oreja, cocada, corbata, hojaldras, violines, reja, trompo y un sinfín, sin olvidar la rosca de reyes, empanadas de vigilia, el pan de muerto, entre otros muchos más. 

En su canción La chilindrina de la autoría de Salvador Chava Flores, contenida en la grabación Dulcería mexicana, arte e historia, producido por la Fonoteca del INAH, “La otra semana te vi muy campechana pero hoy en la mañana panqué me ibas a dar; deja esos cuernos para otros polvorones que solo son picones de novia en un volcán”. 

POR RUBÉN MARTÍNEZ CISNEROS

COLABORADOR

MAAZ