COLUMNA INVITADA

Se equivocan…

Las estrategias de denostación y señalamientos; las campañas de “desprestigio”, son acciones equívocas de proporciones miserables

OPINIÓN

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Diego Latorre / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Las estrategias de denostación y señalamientos; las campañas de “desprestigio”, son acciones equívocas de proporciones miserables.

Por un lado, los ataques al Presidente, López Obrador, “parecen” pusilánimes. El argumento de defensa es simple y está respaldado por la historia reciente: ¿Por qué quienes hoy señalan al Presidente no actuaron de manera similar en el pasado? Pregunta que encuentra, en boca del Presidente, otra respuesta simple: “Están enojados porque perdieron sus privilegios”. Pronunciamiento de fácil asimilación en el grueso de la población que aprecia los “calificativos” del Presidente a sus adversarios, y que “siente” que, por primera vez, “existen políticas” dirigidas a “atender” diversas necesidades que, en sexenios anteriores, no fueron la preocupación esencial. Pero no todo en este Gobierno es impoluto: el impulso dado a los militares se pagará caro.

En el bloque opositor, en donde conviven organizaciones civiles, “comunicadores”, medios de comunicación, cámaras empresariales, partidos políticos, ex ministros de la corte, e incluso, jueces y ministros en funciones, son torpemente incisivos, y habiendo asuntos que deberían implicar causas de verdadera reflexión social y defensa específica a derechos adquiridos, se pierden en un laberinto con posiciones que sólo tienen eco en un sector de la población que ya está convencido de que López Obrador, la 4T y MORENA, es lo peor que le ha sucedido a México en su historia contemporánea; no permean más allá del porcentaje que ya tienen. El discurso y los medios de “ataque” son ineficientes y abonan, desde luego, a la polarización.

¿Quién es el polarizador? Lo es el Presidente, sin duda; lo son los opositores, también; ambos con el mismo nivel de intensidad y con discursos vacíos y explicaciones fáciles; la diferencia estriba, en que el Presidente ejerce un poder que le fue legítimamente conferido en elecciones libres y democráticas; fue elegido por la mayoría, ya sea por convencimiento o por hartazgo.

El bloque opositor seguirá equivocándose hasta que no se asuman como los responsables de que MORENA llegara al poder y el Presidente, López Obrador, diera un golpe de timón; AMLO gobierna por que las administraciones del PAN y el PRI, con la mediocre comparsa del PRD, no estuvieron a la altura histórica del compromiso y el mandato que les fue conferido, alimentando en la mayoría de la población un sentimiento de abandono y desprecio.

El Presidente actual es un hito por el que debemos transcurrir para aspirar a algo mejor, y en esa aspiración está el que la oposición se comporte como un bloque inteligente, con ideas, discurso coherente, prácticas éticas y acompañe acciones concretas, tangibles, evitando caer en el juego en el que cayeron desde el día uno: asumirse como moralmente derrotados.

 

POR DIEGO LATORRE LÓPEZ
SOCIO DIRECTOR DE LATORRE & ROJO, S.C.
@DIEGOLGPN

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