DESDE AFUERA

Un dueto disonante

Nada nuevo bajo el sol entre México y EU, excepto que el intercambio de acusaciones y dardos verbales alcanzó una frecuencia inusual

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Dice aquella vieja canción ranchera que "amor con amor se paga", y tal vez sea un buena formulación para el estado actual aparente de la relación entre Estados Unidos y México.

Tal pareciera que en los dos aparatos políticos existe una mentalidad geocéntrica y cada uno de ellos es el bueno, el justo, el que sabe y necesita, el que debe ser atendido y tiene la razón.

Nada nuevo bajo el sol, excepto que el intercambio de acusaciones y dardos verbales alcanzó una frecuencia inusual, especialmente entre el protagonista de La Mañanera y un número creciente de legisladores y políticos republicanos, aunque el

Departamento de Estado quedó incluido en el reparto.

Los argumentos fueron en gran medida los habituales: las drogas enviadas desde México matan estadounidenses, las armas producidas o vendidas en Estados Unidos y transportadas ilegalmente a México son responsables de la muerte de decenas de miles de mexicanos. En otras palabras, nadie quiere asumir la responsabilidad: los políticos estadounidenses buscan fuera de sus fronteras la solución de sus problemas mientras los mexicanos desean atribuir los del país al accionar externo.

Hay sin embargo elementos de preocupación. Los prácticos llamados a intervenir militarmente contra los cárteles del narcotráfico en México se convirtieron en frecuentes, sobre todo, a partir de la idea que el tráfico de fentanilo es un ataque concertado que según la versión estadounidense provoca unos 70 mil muertos anuales y que supuestamente ocurre con "complicidad" entre

China y los cárteles mexicanos, que también aprovechan de operaciones bancarias entre los dos países.

Una propuesta de ley –con muy pocas o ninguna posibilidades de aprobación– fue presentada por los senadores republicanos Lindsay Graham y John Kennedy para designar formalmente a los cárteles como "organizaciones terroristas", lo que daría cobertura legal a potenciales acciones militares.

No fue el único. El expresidente Donald Trump, aspirante a la candidatura presidencial republicana de 2024, pidió se elaboren planes para atacar a los carteles.

Que eso pudiera llegar a tener características similares a la "campaña" rusa para la "desnazificacián" de Ucrania, es algo a mantener en mente, si bien todos expresan preferencia por "cooperar" con las autoridades mexicanas. Pero la imagen de un México parcialmente controlado por narcotraficantes es parte ya del imaginario estadounidense, y que la cuestión de drogas y su llegada a territorio estadounidense son parte del arsenal electoral republicano para las elecciones de 2024.

En ese sentido, buscan presentar al gobierno del presidente Joe Biden como débil, sin control de la frontera con México, vulnerable a la inmigración ilegal. El problema real es que los dos países se necesitan, y están integrados social y económicamente, pero sus respectivos aparatos políticos se quejan uno del otro y cantan a dueto "amor con amor se paga" mientras intercambian pellizcos.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS

JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM

@CARRENOJOSE1

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