TECHOS DE CRISTAL

Vientres de alquiler: retroceso

Anualmente nacen 20 mil niños por gestación subrogada. Con el Día de las Madres cerca, es importante dialogar sobre el daño

OPINIÓN

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María Milo / Techos de Cristal / Opinión El Heraldo de México
María Milo / Techos de Cristal / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

La gestación subrogada se da cuando una persona o pareja no quiere o tiene la capacidad de gestar un hijo y recurre a una mujer que pueda hacerlo a través de una clínica especializada. Por lo general los interesados aportan los óvulos y/o espermatozoides, se firma un contrato entre ambas partes para que la mujer que gestará el bebé renuncie al derecho de maternidad, y después del parto lo entregue a sus padres genéticos. En la teoría puede sonar bien, pero en la práctica no es así.

Aunque haya un contrato de por medio, ¿qué tan libre es la decisión de las “mujeres gestantes” si la mayoría vienen de zonas rurales, marginadas y con pocas opciones para salir adelante? Dudo que alguien con una vida económicamente resuelta se prestaría a rentar su cuerpo durante nueve meses.

Permitir esta práctica significa abrirle la puerta a nuevas maneras en que la mujer puede ser sometida y reducida a su función reproductiva. Los deseos sexuales y reproductivos no son derechos. Las mujeres no somos parte de una cadena de suministro. Como lo dice Alicia Miyares, portavoz del movimiento feminista No somos vasijas: “No se pueden poner los deseos por encima de los derechos. El cuerpo es el límite de lo que se puede comprar y vender”.

Además, están ampliamente documentados los usos y abusos de esta industria multimillonaria. Ibone Olza, psiquiatra infantil, ha confirmado con varias investigaciones los efectos de la separación madre-bebé. Cuando en Covid-19 los hospitales limitaron la capacidad de pacientes, se denunció que la separación de las madres de los recién nacidos era violencia obstétrica. ¿Pero, si se trata de un vientre de alquiler no sucede lo mismo? ¿Qué hay del síndrome postparto y la salud mental de la mujer?

Podríamos preguntarnos ¿cuál es el problema si todas las partes están de acuerdo? El asunto está en que cuando el valor de la vida es dictado únicamente por el querer, damos pie a que el sistema capitalista encuentre una oportunidad de mercado, y que después se exija como derecho.

No podemos ver el panorama sólo desde una libertad individual, hay que pensar en las implicaciones que nuestras acciones pueden tener sobre los demás. La mercantilización de nuestras vidas coloca nuestros derechos en un punto muy débil. El valor de la vida se esfuma al entrar en una dinámica de oferta y demanda.

Uno de los principios fundamentales en la regulación de los progresos en biomedicina es que el cuerpo humano y su material genético no pueden ser objeto de transacción comercial. Es el principio que impide que haya comercio de órganos. Entonces ¿por qué el comercio de vientres debería ser aceptado?

Como mujeres necesitamos entender que en muchas ocasiones las decisiones que tomamos carecen de la libertad que sentimos que tenemos. Los vientres de alquiler significan un retroceso en la lucha por la equidad de género.

Por María Milo
BLOG: www.mariamilo.mx
IG: @mariaamilo

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