DESDE AFUERA

México y la derecha de EU

La visión de esa corriente incluye la idea de que un vecino que vuelve a caer en la política autoritaria y la corrupción no es el socio que EU necesita

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de México
José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En la visión más escandalosa de los planteamientos republicanos, la relación con México incluye la posibilidad del uso de recursos militares estadounidenses para enfrentar la amenaza del tráfico de drogas y el cierre de fronteras para detener la llegada de migrantes.

En una visión más refinada, es un país en retroceso político y económico, promovido, según el exsubsecretario de Estado, Elliot Abrams, "por un Presidente mexicano que no valora ni acepta los límites a su poder personal que impuso la democratización, y está dispuesto a desgarrar las estructuras institucionales y legales que protegen la libertad de expresión y prensa, elecciones libres, y el estado de derecho en México".

Abrams fue subsecretario de Estado para América Latina en la década de los 80, bajo la Presidencia de Ronald Reagan, y más allá de la andanada contra el presidente Andrés Manuel López Obrador, su planteamiento implica la posibilidad de un cambio de paradigma en la relación bilateral.

De hecho, plantea la necesidad de muchos y más abiertos pronunciamientos estadounidenses sobre problemas mexicanos de democracia y derechos humanos, que en su opinión, eran ignorados deliberadamente para evitar problemas en los tratos entre los dos gobiernos. Pero eso, dijo en un blog publicado por el Consejo de Relaciones Exteriores de Nueva York, ya no es posible.

Según la visión del experto, que trabajó con los gobiernos de los también republicanos George W. Bush y Donald Trump, "la desaparición o debilidad del estado de derecho en México, incluida la erosión de los derechos de propiedad y contractuales y la pérdida de control de regiones enteras del país a manos de grupos criminales, será perjudicial para Estados Unidos en formas que no habrían sido en la década de 1980".

En cierta forma, sería fácil descartar la opinión de Abrams, un abierto "halcón" de política exterior , por su también abierta militancia neoconservadora. Pero aunque pecaminosa para muchos, no es delito y esa forma de pensar es parte de la filosofía política estadounidense, especialmente del centro hacia la derecha y tiene peso real entre los republicanos.

Para Abrams, "durante décadas, EU fue casi silente sobre la democracia, los derechos humanos y el estado de derecho en México". Ahora, opinó, "un gobierno mexicano libremente elegido que respete los derechos humanos no debe verse como un lujo que EU no puede permitirse el lujo de apoyar".

Se refirió también a la importancia de un gobierno democrático y fuerte que tenga el respaldo interno para enfrentar a peligros como la violencia delictiva, que estima podría afectar pronto al turismo y la actividad productiva.

Tan correcta o incorrecta como se quiera, la visión de la derecha estadounidense incluye la idea de que "un México que vuelve a caer en la política autoritaria, la corrupción y la anarquía no será el socio que Estados Unidos necesita para proteger sus muchos intereses críticos con este vecino estratégicamente importante". 

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS

JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM

@CARRENOJOSE1

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