DESDE AFUERA

EU, polémica dentro y fuera

La división interna, reflejada en debates sobre estilos de vida y el resurgimiento de una derecha extrema, es ventaja para adversarios externos

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de México
José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

El gobierno del presidente Joe Biden enfrenta una cantidad de retos, pero en especial dos enormes desafíos existenciales: uno interno y otro externo.

La profunda división política interna estadounidense, reflejada ahora en los debates sobre estilos de vida y el resurgimiento de una derecha extrema, representa una ventaja para los adversarios externos en una nueva era de desafíos para la nación todavía hegemónica.

Con Estados Unidos y su cuerpo político inmersos en sus eternos ciclos electorales y sus casi permanentes debates filosófico-sociales sobre inmigración, raza, derechos de género, la reformulación de una alianza China-Rusia para cuestionar el dominio anglosajón de la política internacional parece quedar en un segundo plano.

No es que China y Rusia hayan firmado un pacto de defensa mutua o un pacto militar. Los presidentes Xi Jinping y Vladimir Putin tienen un entendimiento y una meta común, que juntos pueden desafiar la hegemonía anglosajona, concretamente estadounidense, y promover cambios en el orden político mundial.

"Hegemonismo, unilateralismo y proteccionismo son aún rampantes", indicó una reciente declaración conjunta de Xi y Putin.

Claro que de acuerdo con Estados Unidos, China tiene la meta última de sustituirlos como la principal influencia mundial, mientras Rusia se aferra a China como su gran salvavidas frente a las sanciones económicas dictaminadas por Europa y Estados Unidos, tras la invasión de Ucrania hace ya 13 meses.

"China y Rusia se ven cada vez más como un baluarte contra las democracias industriales avanzadas, con Estados Unidos a la cabeza", consignó un análisis del Eurasia Group.

Esos aliados, que suman a otros con Irán, tienen a su favor la potencialidad china y su política de desarrollo económico y social, la imagen rusa de contrapeso político-militar a los Estados Unidos, así como los resentimientos que dejaron los países occidentales en sus antiguas colonias, pero en contra los designios imperialistas propios que muchos analistas les atribuyen y son justificadas por la invasión rusa.

El desafío es, ciertamente, parte del proceso de la nueva política regionalizada del mundo. Cada país, cada potencia, busca asegurar su espacio regional y sus alianzas.

Estados Unidos es hoy por hoy la única potencia verdaderamente global, y por tanto países como China, que de hecho ya compite, Rusia, que quisiera hacerlo, y potencias regionales como India, Brasil, Turquía, tratan de definir y establecer sus propios espacios vitales y sus propias coaliciones.

Tradicionalmente, la política exterior estadounidense era por acuerdo general, si bien siempre hubo grados de disensión. Pero ahora el tema de fondo en la política doméstica es el papel de Estados Unidos en el mundo.

Lo bueno y lo malo es que se trata del mundo que Estados Unidos creó después de la Segunda Guerra Mundial.

 

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS

JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM

@CARRENOJOSE1

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