COLUMNA INVITADA

Momentos extraños

Cada vez resultan más indignantes los exabruptos de políticos, socialités, influencers y demás personas que dicen lo que quieren, pero que no asumen o desconocen la responsabilidad que acompañan sus manifestaciones

OPINIÓN

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Sara Morgan / Columna Invitada / El Heraldo de México
Sara Morgan / Columna Invitada / El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La situación que vivimos actualmente, es desconcertante en el mundo, del que nuestro país no es ajeno; ya que en medio de la gran transformación innovadora, se presenta un elemento inesperado; me refiero al surgimiento de una retórica absurda que describe perfectamente, Jesús Quintero, en su monólogo en el que señala: “siempre ha habido analfabetos, pero la incultura e ignorancia, siempre se vivieron como una vergüenza, nunca como ahora, la gente había presumido de no haberse leído un libro en su vida, de no importarle nada que pueda oler levemente a cultura o que exija una inteligencia mínimamente superior a la de un primate. Los analfabetos de hoy son los peores, porque en la mayoría de los casos han tenido acceso a la educación.” 

Cada vez resultan más indignantes los exabruptos de políticos, socialités, influencers y demás personas que dicen lo que quieren, pero que no asumen o desconocen la responsabilidad que acompañan sus manifestaciones.

Lo anterior, lo podemos observar en palabras y acciones impensables, para hombres y mujeres que suponemos deben tener un respeto absoluto con las personas a quienes se dirigen, sin embargo, abundan incitadores políticos a la violencia; profesionales en diversos campos sin ética o conocimientos, apologistas de la superficialidad, la exhibición descarada y cobarde de actos delictivos, con constancia grabada. En fin, ejemplos sobran. 

A principios del siglo XX, surgieron en Europa discursos similares que alentaron la polarización de la población, por ello, en España durante la guerra civil, vecinos y amigos, se transformaron en enemigos. En tanto que en Alemania surgió el movimiento nazi, que descompensó al resto del mundo. Dietrich Bonhoeffer, se planteó la pregunta del porqué, gente común y de bien, pudo convertirse, de pronto, en criminales. Se le denominó teoría de la estupidez.

Actualmente, se está presentando un fenómeno similar, donde se hace alarde de la incompetencia, que pareciera ser un elemento clave para llegar a puestos de posición, donde se realizan cambios fundamentales en la vida de las personas, y los países a través de estatus de poder, políticas, económicas y sociales, que se logran mediante cultos de la personalidad o nepotismo. La pregunta es, ¿cómo evitar que nuestra juventud y en general los ciudadanos, nos contaminemos de ello?

Probablemente, podríamos seguir el modelo que nos dio tantos logros científicos, sociales, sanitarios y económicos en el mundo, que fue asumir la responsabilidad y alentar el esfuerzo, como parte integral del ser humano y su evolución. Debido a que, con estos dos pilares, logramos llegar a los enormes avances que actualmente, damos por sentado.

Hoy más que nunca, la gestión de la incertidumbre y traslado del conocimiento a nuestras juventudes debe ser particularmente de excelencia, en diferentes áreas de conocimiento. Lo cual requiere, el empeño académico, el respeto por la individualidad y la colectividad; así como el compromiso hacia el cuidado de lo natural, donde no caben pasos en falso, pues ante lo inminente de la destrucción del nuestro entorno, se hace necesario conjuntar las responsabilidades para no agotar nuestro sistema de vida.

En consecuencia, se hace necesario conformar un marco de acciones, paralelas a la formación profesional, donde como apunta, Arturo Pérez- Reverte, debemos infundir carácter a la juventud, para enfrentar la soledad, el dolor, la belleza, la felicidad y los cambios, que siempre llegarán a la vida; y con ello, enseñar la aceptación y la manera de sobreponerse a estas vicisitudes, como algo que complementa nuestra existencia, más allá del divertimento en el que se han convertido gran parte de los quehaceres serios y de compromiso a los que hoy se renuncia fácilmente.  

El tener un mundo lleno de retórica vacía, podría ser la consecuencia de que han llegado a gobernar, y tener el discurso público personas que jamás hubieran podido lograr grandes paradigmas de la humanidad. Como la erradicación de miles de enfermedades, los lineamientos que fundaron las bases educativas en diferentes países, la estructuración del pensamiento crítico, forjado durante las épocas más duras de las dictaduras latinoamericanas, africanas, de Europa del este, medio oriente y asiáticas. El derrocamiento del Apartheid, la caída del muro de Berlín, los derechos civiles norteamericanos, junto con las incontables independencias de países a lo largo del siglo XX; y el logro del movimiento feminista, que acompañó, al de la igualdad e inclusión, el voto, y respeto por los derechos sexuales y reproductivos.

El camino está en escoger mejores lideres y lideresas, con actitudes probadas frente a las dificultades, y que no actúen en favor de intereses de poder individuales.

¿En qué momento estamos?

La respuesta podría obtenerse de la frase de Michael Hopf, en la que señala lo siguiente: “Los tiempos difíciles crean personas fuertes, las personas fuertes crean tiempo fáciles, los tiempos fáciles crean personas débiles, las personas débiles crean tiempos difíciles.”

POR SARA MORGAN

@MORGANSAREL
CONSULTORA LABORAL
DIRECTORA DE EQUITY JOB LAB

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