COLUMNA INVITADA

Crisis de fentanilo

Ante ello, una de las repuestas del presidente, Andrés Manuel López Obrador, residió en plantear la prohibición del fentanilo de uso médico como una de las posibles soluciones

OPINIÓN

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Emilio Suárez Licona / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México
Emilio Suárez Licona / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El fentanilo ha monopolizado los estragos de la guerra contra el narcotráfico, así como también ha representado el punto de inflexión hacia el resquebrajamiento de la relación entre México y Estados Unidos, la cual se ha visto mermada en medio de la culminación de un mes lleno de mensajes directos desde el Capitolio por parte de legisladores influyentes y funcionarios que buscan no sólo mitigar la situación, sino hasta tomar medidas militares en territorio mexicano, pues se estima que por lo menos nueve de cada diez incautaciones se realizan en la frontera sur.

El fentanilo se encuentra detrás de una crisis de salud pública con tintes epidémicos, que cobra la vida de decenas de miles de estadounidenses. No obstante, a pesar de que se trata de un problema que pareciese tener su origen en México, en realidad no es sino la consecuencia de prácticas abusivas por parte de las compañías farmacéuticas estadounidenses que, por el momento, ha comenzado a atentar contra la relación entre ambos países y, la soberanía mexicana.

Ante ello, una de las repuestas del presidente, Andrés Manuel López Obrador, residió en plantear la prohibición del fentanilo de uso médico como una de las posibles soluciones. Sin embargo, ello levantó dudas entre los especialistas respecto a la efectividad de esta medida para combatir el crimen organizado, aunado al hecho de que temen pueda generar más problemas en el ámbito de salud.

Cabe señalar que dichas circunstancias se agravaron en la medida en la que coincidieron con el crimen contra cuatro estadounidenses en Matamoros, lo que provocó una serie de reacciones de republicanos en el Capitolio, quienes exigieron el envío de tropas a México, así como también la clasificación de grupos de narcotraficantes como terroristas.

Lo anterior, si bien es defendido por suponerse como medida idónea para presionar al gobierno mexicano, en realidad se trata de una solución errónea, pues no sólo no mejorará  la capacidad de los Estados para abordar la problemática, sino que en el fondo resulta un tanto inservible, ya que los mecanismos de acción de las redes de narcotráfico en poco se asemejan a las terroristas. A su vez, categorizarlos de dicho modo, sólo continuará con la estigmatización de los mexicanos como una amenaza para la seguridad norteamericana, que mucho tiene ver con el trasiego de armas.

Por otro lado, vislumbró la posibilidad del empleo de Fuerzas Armadas Norteamericanas para abatir a los cárteles mexicanos. Sin embargo, considerar que se trata de una opción acertada, es un grave error. Debido a que la idea de que EUA actúe de manera unilateral en México, resulta evidentemente contraria al derecho internacional y al paradigma de responsabilidad compartida –ambas cuestiones torales de la relación.

En tales circunstancias, vale la pena reflexionar en torno al cese de las riñas entre ambas naciones que, desde su inicio, han consistido en culpabilizar al otro. Nos encontramos en un momento clave en materia de política exterior, donde asumir una responsabilidad compartida parecer ser la única vía de solución.

 

EMILIO SUÁREZ LICONA
CONSULTOR Y PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD PANAMERICANA
@EMILIOSL

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