POLÍTICA Y DIPLOMACIA SOSTENIBLE

Juegos de poder y la madre de todas las crisis

El mundo sigue concentrando buena parte de sus pensamientos, en la invasión rusa de Ucrania, y sus terribles efectos no sólo para Europa, sino para todo el globo

OPINIÓN

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Miguel Ruiz Cabañas / Política y Diplomacia Sostenible / Opinión El Heraldo de México
Miguel Ruiz Cabañas / Política y Diplomacia Sostenible / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El mundo sigue concentrando buena parte de sus pensamientos, en la invasión rusa de Ucrania, y sus terribles efectos no sólo para Europa, sino para todo el globo. El país del Cáucaso sufre los inhumanos efectos de los bombardeos de misiles rusos contra su población civil. Putin visita Crimea en el noveno aniversario de su decisión de arrebatársela a Ucrania.

Ha cometido graves violaciones de derechos humanos. Indignada, la Corte Penal Internacional lanza una orden de captura contra el líder ruso. Impecable desde el punto de vista moral, jurídico e institucional, pero que en la práctica aleja la posibilidad de alcanzar una paz negociada.

Mientras tanto, Xi Jinping ha concentrado todo el poder en China. Ha logrado reelegirse otro periodo de cinco años, y quizá por el resto de su vida, como era la costumbre de los emperadores chinos, y como ocurrió con el fundador del Partido Comunista y de China Popular, Mao Tse Tung. Acabó con la tradición iniciada por Deng Hsiao Ping, de una transición ordenada del liderazgo cada diez años, que le dio estabilidad y desarrollo acelerado a su gran nación.

Ya anunció que todo su esfuerzo será para que su admirable país, una civilización milenaria, sea poderosa y desarrolle un Ejército capaz “de ganar guerras”. Sus voceros denuncian la política internacional de Estados Unidos. Esta semana Xi Jinping viajará a Moscú. 

Veremos qué anuncia: armas para Rusia o, por el contrario, una amigable presión para que detenga su aliado Putin detenga su guerra. Mientras tanto, Estados Unidos sé ha concentrado no solo en ayudar a Ucrania, sino en armar una coalición con India, Japón y Australia para contener a China, y está haciendo todos los esfuerzos para impedir que consolide su dominio de las tecnologías del siglo XXI, y que se consolide como la principal potencia económica.

Pero también está enfrentando la crisis interna de su democracia, que representan no sólo Trump y sus seguidores, sino grupos radicales que están casi listos para iniciar acciones violentas. El mismo Trump ha anunciado que es posible que esta semana sea detenido por instrucciones de la Fiscalía de Nueva York quien lo acusa de evasión de impuestos. Si ocurre, veremos la reacción de sus seguidores. 

Estamos viviendo una lucha inédita por la hegemonía en el siglo XXI. Por primera vez en al menos quinientos años no es una competencia entre dos naciones occidentales, sino entre occidente y oriente. La última transición hegemónica fue del Reino Unido a EUA, al final de la segunda guerra mundial y, aunque a Churchill le daba tristeza pasar la estafeta a Estados Unidos, lo consolaba que fuera la otra nación anglosajona, el país donde había nacido su propia madre, quien la tomara. 

En México, más allá de la desigual competencia entre marchas y manifestaciones, el país está sumido en la competencia electoral del 2024. Esta elección será diferente a cualquier otra de los últimos cien años, desde que Calles fundó el PNR y anunció el fin del caudillismo y el inicio de la era de las instituciones. Porque el año próximo se trata de decidir entre la preservación de nuestra débil democracia electoral, o la imposición de un proyecto que representa volver a la era del caudillismo, un régimen en que las instituciones están sometidas a la voluntad de un solo hombre. 

Pero, por estar concentrados en los juegos de poder, los gobiernos no están poniendo suficiente atención en la madre de todas las crisis, la que nos amenaza a todos los habitantes del planeta: la emergencia ambiental. Si no se reducen drásticamente las emisiones de gases efecto invernadero antes de que termine esta década, infringiremos daños duraderos al clima global, con consecuencias imprevisibles.

Ya hemos destruido al 69 por ciento de las especies de flora y fauna que habitaban el planeta, y continúa la pérdida de biodiversidad. Se han secado lagos gigantescos como el Mar Aral, desaparece la Amazonía y en México
estamos destruyendo aceleradamente la selva de Yucatán.

La escasez de agua potable es particularmente grave. También estamos agotando ese recurso a nivel mundial. Por eso representa una esperanza que esta semana, del 22 al 24 de marzo, tendrá lugar en la ONU, en Nueva York, la Conferencia del Agua 2023, que tiene como principal propósito reforzar acciones de los países para que alcancen los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con el agua. 

En México, según un estudio del IMCO, la crisis del agua es cada día más grave. Se reduce la disponibilidad de agua por habitante por el crecimiento poblacional, el consumo irracional, falta de infraestructura, regulación apropiada, y las sequías, que cada año son más largas y profundas, por el cambio climático. En México, según este Estudio, la temperatura anual promedio aumentó de 20.8 grados en 2000, a 22.1 en 2021, un aumento de 1.3 grados centígrados. file:///C:/Users/L03125624/Downloads/Resumen-ejecutivo_Aguas-en-Mexico.pdf 

La ciudad de México enfrenta ya una aguda crisis, el Cutzamala se está secando, y se anuncian serios recortes para diversas delegaciones en los próximos meses. Pero de eso se habla muy poco. Los juegos de poder demandan toda la atención de nuestros gobernantes. 

 

POR MIGUEL RUIZ CABAÑAS ES PROFESOR EN EL TEC DE MONTERREY

@miguelrcabanas

miguel.ruizcabanas@tec.mx

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