COLUMNA INVITADA

La Unesco ante el ruido y la furia de la era digital

En El infinito en un junco, Irene Vallejo nos recuerda que la primera palabra escrita de la literatura occidental es “cólera”

OPINIÓN

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Juan José Bremer / Columna invitada / Opinión El Heraldo de México
Juan José Bremer / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

En El infinito en un junco, Irene Vallejo nos recuerda que la primera palabra escrita de la literatura occidental es “cólera”, refiriéndose al hexámetro con que inicia La Ilíada cuando nos habla de la ira de Aquiles. 

Esta primera palabra escrita de nuestra cultura cruza las fronteras del tiempo y adquiere en nuestros días una más amplia significación: el lenguaje de la furia y de la ira va más allá de la literatura y alcanza una amplia dimensión social. 

En nuestra era hiperconectada, las plataformas digitales se han convertido en el punto neurálgico de la sociedad, en especial para los jóvenes, e incluso adolescentes desde edades cada vez más tempranas. Los mensajes de odio y discriminación racial o cultural que encontramos en estos espacios en internet constituyen un nuevo desafío que no podemos soslayar. 

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) es a quien corresponde más  que a  ninguna otra entidad atender este fenómeno que socava los valores que dan cohesión a nuestras sociedades. 

México se ha comprometido para que la Organización se involucre cada día  más en plantearen todos los foros este gran problema y para convocar a los gobiernos a enfrentarlo por la vía de la educación y la legislación. 

Con este objetivo en 2019, la Conferencia General de la Unesco adoptó por unanimidad una iniciativa de México invitando a todos sus países miembros a redoblar esfuerzos en la lucha contra la discriminación y el odio racial.

Desde entonces, la Unesco ha organizado diversos foros convocando a representantes gubernamentales, de la sociedad civil y del sector privado, para sumar esfuerzos y catalizar las acciones en este ámbito.  

Sin embargo, esta valiosa iniciativa no será suficiente si no abarca la nueva frontera del internet y las redes sociales y su alcance multidimensional. Por ello adquiere especial significado la convocatoria de la Unesco para celebrar este mes de febrero una Conferencia Mundial para proponer directrices que regulen el contenido de las plataformas digitales.

En la convocatoria se menciona expresamente que “las plataformas digitales pueden utilizarse como vectores de desinformación, discursos de odio y teorías de conspiración y otros contenidos potencialmente perjudiciales para la democracia y los derechos humanos en los que los sistemas regulatorios actuales aún no se han puesto al día”. 

El desafío central es, en palabras de la directora general de la Unesco, “definir colectivamente los principios y medios de moderación de los contenidos, respetando los derechos humanos y, en particular, la libertad de expresión”. Se trata, sin duda, de un primer paso en la dirección correcta. 

La frase más conocida de la Constitución de la Unesco, que proclama que es en la mente de las personas en donde deben erigirse los baluartes de la paz, debe ser entendida en las condiciones de nuestro tiempo. 

Estamos frente a una problemática cuyo crecimiento está ligado al desarrollo exponencial de las nuevas tecnologías. Si queremos ganar esta batalla, nuestras respuestas deberán estar a la par de este ritmo de crecimiento y, sobre todo, deberá alentarse un enfoque multidisciplinario en donde la educación juegue un papel central. 

Nunca he compartido el escepticismo derrotista de quienes ponen en duda los alcances de las iniciativas de la Unesco. No es esta una batalla en el desierto y cada día más organizaciones internacionales, públicas y privadas comienzan a su sumarse a este esfuerzo. México continuará abogando porque este tema se mantenga en las prioridades de la Organización. 

Juan José Bremer 

Representante permanente de México ante la Unesco 

@JuanJoseBremer 

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