La secretaria del Tesoro de Estados Unidos (EU), Janet Yellen, lleva un año haciendo declaraciones en relación con el desempeño del mercado laboral en su país.
Primero insistía en que este año no habría una recesión, como muchos pronosticaban, debido a la gran cantidad de empleo que se generaba allá. Pero ahora esa alegría se ha convertido en preocupación, porque la economía estadounidense está creciendo 5.2 por ciento, según el más reciente dato trimestral del Departamento de Comercio de la semana pasada.
Y ese crecimiento ha implicado un riesgo: una excesiva demanda de empleo que podría detonar otra gran ola inflacionaria. De hecho, la secretaria lanzó una línea de cautela hace poco, subrayando que EU debe crecer, sí; pero más despacio: “El crecimiento debe ralentizarse. Es necesario que el crecimiento se ralentice para que se apareje a su potencial ritmo cuando se está operando en condiciones de pleno empleo”.
La tasa de desempleo en la Unión Americana está en mínimos de 50 años, alrededor de 3.9 por ciento. No debería sorprendernos si este desafío estadounidense se convierte en oportunidad para México.
De hecho, así debería ser, porque Yellen es la más acuciosa observadora del fenómeno de nearshoring, y probablemente ya se percató de que toda la sustitución de manufactura china no alcanza a ser reemplazada si no se rediseña la integración laboral con México. Ya veremos.
Pero Yellen viene también a intentar resolver temas espinosos. El más complejo es la bomba fiscal que dejó Raquel Buenrostro en el SAT hace años: el famoso cambio de criterio que aplicó el fisco para evitar que las aseguradoras acrediten el IVA pagado a terceros. Dicho cambio ha sido analizado por actuarios del sector, y ha arrojado un panorama apocalíptico para las aseguradoras, al hacer que 55 por ciento de ellas caiga en situación de insolvencia si se observa lo que el SAT propuso.
De hecho, el Colegio Nacional de Actuarios analizó que ocho años de impuestos con esa regla fiscal implicaría un déficit de 98 mil millones de pesos en cuanto al capital regulatorio mínimo para 98 aseguradoras, de las cuales 50 caerían en insolvencia regulatoria y 26 en quiebra técnica.
Y hay mil temas más: lavado de dinero, financiamiento para el cambio climático, pagos electrónicos, bancos multilaterales, y un largo etcétera que deberá desahogar Yellen con Rogelio Ramírez de la O, Victoria Rodríguez Ceja y el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Debería quedarse una semana por acá. La profundidad temática da para ir pensando en otro tratado bilateral.
SLIM
Una pincelada de sensatez le ha contagiado Carlos Slim al Presidente López Obrador, quien ayer se pronunció porque se escuchen todas las voces antes de aprobar la reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales.
POR: CARLOS MOTA
WHATSAPP: 56-1164-9060
TIKTOK: @SOYCARLOSMOTA
PAL