COLUMNA INVITADA

El Cronista Ideal: Una Utopía en la Narrativa Histórica

La frase "La verdadera historia de..." se ha convertido en un título recurrente en el ámbito de la producción de historia

OPINIÓN

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Ignacio Anaya Minjarez / Colaborador  / Opinión El Heraldo de México
Ignacio Anaya Minjarez / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

La frase "La verdadera historia de..." se ha convertido en un título recurrente en el ámbito de la producción de historia. Esta expresión no solo titula una gran cantidad de libros, sino que también se ha extendido a otros medios como vídeos, podcasts y artículos de revistas. La presencia de este término señala una fascinación profunda y compleja con la idea de una "verdad" histórica objetiva, una que busca legitimar y validar los productos culturales en un mercado saturado de información.

La insistencia en la objetividad refleja una vinculación idealizada que la sociedad ha construido entre la historia y la verdad. Esta relación permea la percepción pública de lo que debería ser tal disciplina.

Para profundizar en esta cuestión, es esclarecedor referirnos a la figura del "cronista ideal" propuesta por el filósofo estadounidense Arthur C. Danto en su obra “Filosofía analítica de la historia” (1965). Danto describe a este cronista como una entidad omnisciente, que sabe todo lo que sucede en el momento en que ocurre, incluyendo los pensamientos y sentimientos de los demás. Asimismo, tal entidad posee el don de la transcripción instantánea: todo es registrado por él, tal como sucedió, en la forma en que sucedió.

La concepción de Danto sobre este cronista ideal es significativa porque refleja el percibir de la historia que se suele identificar con los historiadores. Esta visión implica reconstruir el pasado "tal y como fue", una verdad histórica que aún se persigue en los discursos actuales. Sin embargo, hay desafíos fundamentales tanto en la teoría como en la práctica de la historiografía.

La idea de una verdad histórica objetiva y absoluta es problemática. La historia, como disciplina, depende de la interpretación de fuentes, que a menudo son fragmentarias, parciales o sesgadas. Además, el contexto cultural e ideológico del historiador inevitablemente influye en su manera de interpretar los hechos. Por lo tanto, la objetividad pura, en el sentido de una representación completa del pasado, es esencialmente inalcanzable.

La figura del cronista ideal de Danto plantea interrogantes sobre la naturaleza misma de la memoria y la narración histórica. La historia es construcción narrativa que da sentido y coherencia a esos eventos, al igual que está inevitablemente influenciada por las necesidades, valores y expectativas del presente.

La frase "La verdadera historia de..." sigue siendo popular, es un ideal, que olvida el carácter interpretativo, sujeto a revisiones y reinterpretaciones continuas de dicha disciplina. Así, la tarea del historiador no es ser ese cronista ideal inalcanzable, sino dar sentido a la compleja red de memorias, narrativas y evidencias que constituyen nuestro entendimiento siempre evolutivo de lo que ya fue.

POR IGNACIO ANAYA

COLABORADOR

@Ignaciominj

MAAZ