Por décadas, la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos fue considerada como uno de los más importantes órganos de gobierno, uno capacitado para regular y ofrecer respuestas legales y de sentido común a la mayoría de las dudas estadounidenses.
Pero ahora enfrenta lo que puede ser el mayor desafío de su historia: tratar de mantenerse por encima del cada vez más ponzoñoso debate político a pesar de que luego de décadas de tratar, seis de sus nueve miembros son de derecha, incluso tres designados por Donald Trump durante su gobierno, de 2017 a 2021.
Es un detalle que adquiere mayor importancia ante la posibilidad de que se vea obligada a pronunciarse sobre casos en los que Trump es protagonista. Claro, cuando la Corte era de mayoría liberal quienes se quejaban de su politización eran justamente los activistas de derecha.
En teoría, al menos, la ideología no debería ser un factor importante, pero a derecha y a izquierda ya hay barruntos de problema: Trump se dice objeto de persecución política y sus partidarios han hablado incluso de usar la violencia.
Pero los adversarios del expresidente creen que sólo una corte inclinada a la derecha puede pasar por alto los delitos cometidos por Trump en su intento de desconocer los resultados del voto de noviembre de 2020.
Se espera, por lo pronto, que el tribunal acepte escuchar la disputa en torno a la decisión de la Suprema Corte de Justicia del estado de Colorado, que esta semana determinó que el republicano no podría aparecer en la boleta de votación presidencial porque, según la interpretación de la Corte, violó su juramento de atacar al gobierno mientras había jurado defender sus principios.
La Suprema Corte aceptó también un caso separado que impugna algunos de los cargos contra los amotinados del 6 de enero de 2021, con impacto sobre el proceso en torno al papel del entonces mandatario en el intento de evitar la certificación de la victoria electoral de Joe Biden en los comicios presidenciales de 2020.
Paralelamente, el fiscal especial Jack Smith pidió que la Corte se pronuncie rápidamente sobre las afirmaciones de que no se puede procesar a Trump porque era Presidente y tenía fuero.
El hecho es que la Corte se encuentra ya en el ojo de un huracán político. Su decisión de eliminar el derecho al aborto para dejarlo en manos de tribunales estatales provocó una polémica nacional y es uno de los temas de la campaña presidencial demócrata.
Igualmente, algunas irregularidades de comportamiento. De hecho, ya hay señalamientos en torno a la inclinación del Juez Clarence Thomas por aceptar regalos y viajes de empresarios derechistas, amén de que su esposa Virginia es una activista de derecha ligada a la campaña del magnate.
En el ambiente político estadounidense, cualesquiera que sean las decisiones la pondrán en el ojo del huracán y provocarán cuestionamientos a su imparcialidad.
POR: JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
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