Entre telas

El declive del tacón

La industria de la moda está en constante evolución, las tendencias van y vienen

El declive del tacón
Begoña Cosío / Entre telas / Opinión El Heraldo de México Foto: Cortesía

La industria de la moda está en constante evolución, las tendencias van y vienen, y se adecuan a la época, circunstancia y obviamente contexto social, pero algunos accesorios básicos se aferran al paso del tiempo. Sin embargo, una pieza icónica parece estar perdiendo fuerza en la escena de la moda: el tacón alto. Durante muchos años fueron sinónimo de glamour y sofisticación, ahora enfrentan una disminución en popularidad, sobre todo en las nuevas generaciones. Pero esto viene de un contexto histórico y las perspectivas de las personas que los portan.

Vámonos poco a poco, los tacones tienen una historia que empieza muchos años atrás. Aparecieron por ahí del siglo X, los soldados de caballería persas usaban zapatos de tacón para agarrar bien su postura en los estribos del caballo. Con el tiempo, este diseño funcional se transformó en un símbolo de estatus y privilegio, sobre todo en las cortes reales de Europa. Pero con mayor énfasis en la francesa del siglo XVII donde se popularizaron entre la aristocracia, los cuales se asociaban con la elegancia y el poder.

Saltamos al siglo XX. Los tacones se convirtieron en un elemento básico de la moda femenina, acentuando la feminidad y el estilo. Íconos como Marilyn Monroe y Audrey Hepburn consolidaron aún más su lugar como símbolos sexys, al usarlos. Pero por otro lado, el siglo XXI ha sido testigo de un cambio en las actitudes hacia la moda y la comodidad se ha convertido en un foco muy importante, en la tendencia de cómo vestimos.

En los últimos años, la tendencia se centró en defender la comodidad y la practicidad por encima de la elegancia. Tanto las celebridades como los diseñadores han adoptado la tendencia de los zapatos planos, haciendo una fuerte declaración de que la comodidad puede coexistir con el estilo. El auge del athleisure y la cultura hacia los tenis ha impulsado aún más el descanso a los high heels.

Este sentimiento refleja un cambio social más amplio hacia la priorización de la comodidad y la autenticidad sobre las rígidas normas de la moda. Por supuesto esto trae una consecuencia hacia los taconazos, con sus connotaciones de incomodidad e impracticabilidad, lo que ha generado que caigan en desgracia. Aclaro: yo soy super fan de usarlos, me hace sentir empoderada, sexy, elegante y definitivamente mucho más estilosa.

En 2020, la pandemia mundial aceleró la informalización de la moda. Con los encierros y el home office convirtiéndose en algo normal, la demanda hacia el vestirnos más cómodos y funcionales definitivamente se disparó. Los influencers y las celebrities comenzaron a mostrar su estilo mucho más relajado, y empezamos a verlos con tenis, chanclas o botas planas en lugar del, omnipresente, tacón de aguja.

Con esta ola en mente y el marketing fijado en la venta, muchos diseñadores comenzaron a replantear sus estrategias y colecciones en el panorama del calzado. Marcas como Gucci, Balenciaga y Prada han lanzado tenis y zapatos planos en sus colecciones, desafiando las nociones tradicionales de elegancia y feminidad. Esta desviación de lo convencional ha resonado entre los consumidores que buscan tanto estilo como comodidad a la hora de elegir una pieza.

A pesar del cambio de tendencia, los tacones altos no han desaparecido por completo, ni lo harán jamás. Algunos amantes de estas piezas, como yo, creemos que siempre habrá ocasiones en las que un par de elegantes tacones de aguja serán la elección perfecta. Sin embargo, los días en los que eran un elemento obligatorio en nuestra vida diaria por supuesto que va disminuyendo.

El declive de los tacones altos es una historia matizada y arraigada en la evolución histórica y los cambios contemporáneos en los valores sociales. Se seguirán redefiniendo los estándares de belleza y desafiando las normas tradicionales, el destino de los tacones altos está en juego. Si bien puede que no estén del todo muertos, sin duda se enfrentan a un ajuste de cuentas en un panorama que prioriza cada vez más la comodidad, la versatilidad y la autenticidad.

Quizás en unos años la tendencia nos devuelva estos centímetros de altura que muchas agradecemos.

POR BEGOÑA COSÍO

COLABORADORA

@BEGOCOSIO

MAAZ

 

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