DESDE AFUERA

Migración, una papa caliente

La llegada de migrantes chinos fue tan mal recibida en Estados Unidos que se llegó a aprobar una ley que prohibía darles residencia en el país

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de México
José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

WASHINGTON. "Dadme vuestras masas cansadas, pobres y apiñadas, que anhelan respirar libres". Eso dice al menos el famoso poema que Emma Lazarus escribió a fines del siglo XIX y fue consagrado en una placa al pie de la Estatua de la Libertad, a la entrada de la bahía de Nueva York.

La idea de la nación de migrantes es uno de los mitos fundacionales de Estados Unidos, pero es también uno de sus mayores dolores de cabeza políticos. 

En términos reales, y por toda la sinceridad que pueda acompañar al idealista llamado de Lazarus, la llegada de nuevos grupos étnicos ha sido siempre acompañada por la desconfianza, discriminación y maltratos de los residentes anteriores, y más cuando su presencia se hace más visible.

Ese era el caso en 1760, cuando Benjamin Franklin se lamentaba de la presencia de colonos alemanes llenos de vulgaridad, a mediados de los 1800 ante la llegada de grandes cantidades de irlandeses católicos pobres y luego europeos del este y del Mediterráneo, en especial italianos.

La llegada de migrantes chinos fue tan mal recibida que se llegó a aprobar una ley que prohibía darles residencia en el país. Y los latinoamericanos en general, mexicanos en particular, fueron y son víctimas de discriminación, agravada ahora por las imágenes de una frontera fuera de control y grandes grupos de personas dispuestas a arriesgar la vida por entrar a EU.

Se trata de un patrón en la política estadounidense, al menos en los términos más generales.

De hecho, podría afirmarse que a más visibilidad de los migrantes, mayor oposición o conservadurismo de los "nativos". 

Las mayores reacciones antimigrantes se han dado cuando sus nueros han alcanzado 15% de la población. Así ocurrió en los 1850 con el grupo bautizado como Los ignorantes (Know nothings) porque sus integrantes siempre alegaban "no sé nada" cuando se les interrogaba por sus actos de vandalismo.  

En ese marco, la población de nacidos en el extranjero que hoy radican en Estados Unidos aumentó durante la Presidencia de Obama, de 38 millones a 44 millones, y como proporción de la población total se acercaba a los máximos de finales del siglo XIX y principios del XX. 

Eso, afirmó Ross Douthat en The New York Times, es "un hecho que casi con certeza ayudó a Donald Trump a montarse en el sentimiento antiinmigración a la nominación republicana y a la Presidencia" en 2016.

El sentimiento antiinmigrante pareció disminuir durante la era de Trump (2016-2020), principalmente como reacción a la retórica del propio magnate y sus aliados, pero desde entonces, los números y las imágenes de posibles migrantes indocumentados han crecido de nuevo.

Muchos en Estados Unidos quisieran ver una nueva política migratoria, pero todos los intentos de reforma en los últimos 30 años han terminado en fracasos parciales o totales.

La realidad es que migración es una papa caliente en este país. Y no hay visos de que deje de serlo. 

POR: JOSÉ CARREÑO FIGUERAS

JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM

@CARRENOJOSE1

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