Sin duda alguna, Milton ha sido el mejor gobernador que ha tenido Baja California, en gran medida por el apoyo y voluntad política que le dispensó el Presidente de la República a través de él, a la entidad.
El llamado estado 29 -orden de incorporación al pacto federal-, inició en los cuarenta su un gran crecimiento en población y economía, pero no en desarrollo. Famosa era su “cartolandia” en Tijuana y sus abundantes “jacalis”, hechos de cachanilla y lodo en la ciudad capital, “mijacali”. Una universidad que tenía sólo el rótulo y una carencia crónica de agua potable en Tecate y Tijuana. Agréguele, innumerables escuelas “por cooperación”, sostenidas por los pater familias y organizadas por el magisterio, sin la concurrencia alguna del gobierno.
Milton avanzó enorme en unos años, lavándole el rostro a una entidad que se quedó con pantalones cortos y solares agrícolas invadidos por los migrantes para obtener un precario asentamiento humano, como ocurrió con mi familia. Convenció al presidente Echeverría de gestionar ante los Estados Unidos suspender el envío de aguas fósiles por el Río Colorado, que tanto dañaron al valle de Mexicali, y juntos, lo lograron.
Conocí a Milton en aquella noche que los estudiantes universitarios de Pedagogía “tomamos” el palacio de gobierno, exigiendo plazas para los maestros del sistema por cooperación. A los años me distinguió con su amistad y me avaló para que el presidente Echeverría, en una visita por Mexicali, visitará las obras de construcción de la secundaria por cooperación número 50, de la cual entonces yo era director.
Milton les devolvió la dignidad a las ciudades del estado y le llevó agua a Tijuana y Tecate; gestionó la carretera transpeninsular y fortaleció el despegue de la Universidad estatal.
En su época de gobernador, se inicia el despertar cultural de la entidad con la creación de teatros y galerías; bandas de música y compañías de teatro. Fue pues, un héroe civil, de esos que ya no se acostumbran y cuyo legado, aún no ha sido reconocido. Un recuerdo para el licenciado Milton Castellanos Everardo, nacido en Chiapas, pero un gran bajacaliforniano en los hechos.
POR ANTONIO MEZA ESTRADA
COLABORADOR
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