“Soy hija del ‘68”, dice Claudia Sheinbaum durante la narración de los primeros minutos dedicados a su formación familiar, académica, deportiva y artística en “Claudia: El documental”. Lo que podría ser una frase trillada, casi de cajón para un personaje político de la izquierda mexicana, cobra otro significado viniendo de quien las encuestas colocan como puntero rumbo a la presidencia de México en 2024. No es anecdotario. Es formativo, discursivo e identitario.
Bajo la dirección de Rodrigo Imaz, hijo de la candidata de MORENA rumbo a la presidencia de México en 2024, “Claudia: El documental” se despoja en sus primeros minutos de la demagogia que caracterizaría un contenido político con miras electorales para contextualizar al personaje central: La madre, la académica, la líder estudiantil. Lo que la vorágine política y "memera” suele enturbiar en el frenesí noticioso de esta carrera presidencial, pierde protagonismo apenas se hacen presentes en la pantalla las imágenes del archivo familiar de la candidata.
Las presentaciones de ballet, las clases de remo y los mítines estudiantiles se intercalan con las historias familiares que han formado a Claudia Sheinbaum; la política, la hija y la madre de familia. Pero la atención no se queda ahí. El protagonismo se distribuye entre ella y los miembros de su familia. Su presente se dibuja por las imágenes de su pasado y sus anécdotas, trazando así posibles caminos al futuro.
Después del perfil personal al que “Claudia: El documental” dedica sus primeros minutos, la carrera política de Claudia Sheinbaum se vuelve el principal hilo conductor. Primero son sus inicios en movimientos estudiantiles, que convergen eventualmente con el momento en el que se ve involucrada con el movimiento político del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Sus años como alcaldesa en Tlalpan, su trabajo como secretaria del Medio Ambiente y la jefatura de gobierno que le abrió la puerta grande hacia la candidatura presidencial son el pretexto del que se vale el director para mostrar cómo la formación de Claudia es determinante en sus convicciones políticas y las acciones que la respaldan.
Si bien es cierto que “Claudia: El documental” no oculta los obstáculos que se le han presentado a Sheinbaum en sus años trabajando para la Ciudad de México, que van desde su involucramiento en proyectos como el segundo piso del periférico durante el sexenio de AMLO como jefe de gobierno hasta los retos de la pandemia de COVID 19, la duración del documental deja fuera algunos episodios de su gestión más cercanos a la actualidad como las complicaciones relacionadas a los problemas del metro capitalino, el apoyo de mujeres policías en las marchas feministas, la logística en torno al proceso de vacunación, hasta el proceso interno de MORENA para designar candidaturas.
A pesar de ello, “Claudia: El documental” logra cerrar sus 40 minutos con destreza, haciendo un ejercicio narrativo circular que gracias al contexto inicial en torno a la persona, robustece y justifica la glorificación del personaje, ése que a juzgar por las encuestas se encamina a hacer historia, siendo la primera mujer en portar la banda presidencial de nuestro país.
POR GONZALO LIRA GALVÁN
@gonyz
MAAZ