La mayoría nos enteramos sobre la remoción y posterior recontratación del fundador y CEO de OpenAI, Sam Altman, pero poco se sabe de la problemática que originó tal situación.
OpenAI fue fundada en 2015 con una misión centrada en el desarrollo de Inteligencia Artificial (IA) de manera segura y beneficiosa para la humanidad. La misión inicial era abordar el desarrollo de la IA de una manera ética y responsable, mitigando las posibles implicaciones negativas y buscando maximizar los beneficios para la sociedad en general.
Sin embargo, a medida que OpenAI evolucionó, se enfrentó al desafío de equilibrar su misión con la realidad de una empresa buscando objetivos financieros. OpenAI anunció una transición hacia un modelo de negocio híbrido, de ser una organización sin fines de lucro a una entidad con una estructura que incluía ciertos elementos de una empresa con fines de lucro.
Esta idea permitiría a OpenAI participar en actividades comerciales asegurando su futuro a través de estrategias con viabilidad financiera. En particular, OpenAI buscaba aprovechar oportunidades comerciales para financiar sus actividades y proyectos de investigación.
El conflicto entre una empresa cuya misión es el desarrollo de una tecnología sin fines de lucro y el de una empre - sa con fines comerciales conllevaron a los eventos que vimos hace unos días y que resultó en la decisión por parte del Consejo de Administración de despedir a Sam Altman (quien posteriormente fue recontratado y cuyo Consejo de Administración fue destituido y luego reconformado).
El desacuerdo sobre la estrategia de la empresa entre Altman, quien es partida - rio de una estrategia más agresiva para el desarrollo de la IA y la del Consejo de Administración que prefería una estrategia más cerrada y cautelosa originó el desenlace que hoy conocemos.
Altman fue acusado de no tomar medidas suficientes para abordar los problemas que el Consejo de Administración identificó, incluyendo la visión sobre los riesgos que la IA trae aparejados, llevando a su remoción y de manera automática teniendo como reacción a inversionistas y empleados ejerciendo presión para su recontratación.
La situación de OpenAI se presenta como un caso único, pero algunos críticos ven lecciones importantes para otras empresas y organizaciones sin fines de lucro. ¿Qué podemos aprender al respecto?
Es esencial establecer una estructura corporativa clara desde la constitución de la empresa u organización, especialmente en casos de em - presas con modelos híbridos como el de OpenAI. Las tensiones entre la organización sin fines de lucro y la empresa con fines de lucro deben abordarse de manera precisa y exhaustiva para evitar conflictos en el futuro.
La comunicación transparente con los empleados, inversionistas y otros stakeholders es crucial, esto originó que los grupos de interés de OpenAI como empleados e inversionistas solicitaran la reincorporación del CEO y la destitución del Consejo de Administración y selección de uno nuevo.
Las empresas deben encontrar un equilibrio adecuado y asegurarse de que las decisiones no comprometan su capacidad para operar de manera eficiente y rentable. El caso de OpenAI destaca la importancia de un gobierno corporativo y gestión de riesgos efectiva cuando una empresa tiene dentro de sus objetivos elementos complejos como los visto en este caso.
POR ALVARO VÉRTIZ
SOCIO EN DENTONS GLOBAL ADVISORS
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