POLITEIA

El enigma Milei

La gran tarea de Milei no será económica sino cultural. Consistirá en desterrar de la mente de los argentinos la idea de que el Estado es un gran padre asistencialista

OPINIÓN

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Fernando Rodríguez Doval / Politeia / Opinión El Heraldo de México
Fernando Rodríguez Doval / Politeia / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En unos días más el economista libertario Javier Milei se convertirá en el presidente de Argentina, tras triunfar ampliamente en las elecciones frente al candidato peronista Sergio Massa. El triunfo de Milei, un outsider sin mayor experiencia política, ha sacudido no solamente a su país sino a toda la región.

Hasta hace poco más de un siglo, Argentina era uno de los países más prósperos del mundo. En la primera década del siglo XX su ingreso per cápita era similar al de Estados Unidos o Reino Unido. Con la llegada al poder de Juan Domingo Perón en 1946 las cosas comenzaron a cambiar: se aumentó el tamaño del Estado, se empoderó a los sindicatos, la economía se cerró al exterior y se expropiaron diversas empresas e industrias. Se ahuyentó la inversión extranjera y las crisis políticas y económicas comenzaron a ser recurrentes.

Al ser un movimiento profundamente nacionalista, populista y lleno de mitos, el peronismo se convirtió en una suerte de religión y en una gran máquina de poder. La versión kirchnerista del peronismo, en el gobierno en los últimos años, se ha caracterizado por su enorme corrupción y por su cercanía con los países del socialismo bolivariano, como Venezuela, Cuba o Nicaragua. Todo esto en medio de una inflación del 140% y una pobreza que abarca a casi la mitad de la población.

En estas circunstancias, no es sorpresivo que haya vencido Javier Milei, un personaje pintoresco que dedicó fuertes críticas a lo que él llama “la casta política”.

Muchas de las propuestas de Milei rayan en el anarquismo y son absolutamente irrealizables. Pensar que el mercado por sí solo va a solucionar los problemas del país es tan utópico como creer que el Estado puede resolverlo todo. Sin embargo, estas ideas excéntricas serán necesariamente matizadas por la realidad.

La alianza de Milei con el expresidente Mauricio Macri, quien ya logró colocar a tres de sus incondicionales en las carteras más importantes del próximo gobierno, no solamente va a moderar las acciones de Milei, sino que permiten adivinar quién será el que verdaderamente gobierne en Argentina. Por otro lado, la izquierda no se resignará a su derrota, por lo que es de suponer que promoverá protestas callejeras contra las indispensables medidas de ajuste que ya anunció el presidente electo: ahí estará realmente el peligro para la democracia argentina, y no en un Milei que apenas tendrá poco más del 10% de los asientos legislativos.

La gran tarea de Milei, sin embargo, no será económica sino cultural. Consistirá en desterrar de la mente de los argentinos la idea de que el Estado es un gran padre omnipresente y asistencialista que ha de intervenir, vía el gasto público, en todos los ámbitos de la vida personal y social. Esa sí sería la verdadera derrota del peronismo.

POR FERNANDO RODRÍGUEZ DOVAL

POLITÓLOGO

@FERDOVAL

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