PERISCOPIO

Lost Acapulco

El mandatario quiere lavarse la cara tras su reumática reacción inicial para enfrentar la catástrofe en ese puerto turístico mexicano

OPINIÓN

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Raymundo Sánchez Patlán / Periscopio / Opinión El Heraldo de México
Raymundo Sánchez Patlán / Periscopio / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Meramente simbólicos resultarán los 61 mil millones de pesos que el gobierno del presidente Andrés López Obrador destinará a la reconstrucción de Acapulco, destrozado en su totalidad por la fúrica categoría 5 del huracán Otis. 

Con esos recursos, el mandatario quiere lavarse la cara tras su reumática reacción inicial para enfrentar la catástrofe en ese puerto turístico y ponerse al frente de las acciones en favor del millón de habitantes que perdieron techo, bienes, trabajo, y algunos hasta la vida de familiares.   

Pero se la lavará a medias, porque los 61 mil millones de pesos representan apenas unos 3 mil 430 millones de dólares al tipo de cambio de ayer, insuficientes para reconstruir una ciudad, y menos aún una turística como lo era Acapulco.  

Unos datos para dimensionar: el AIFA costó entre tres mil y cinco mil millones de dólares; la refinería Dos Bocas, en Tabasco, costará 17 mil millones de dólares, cinco veces más que lo anunciado para Acapulco; y el Tren Maya, en la Península de Yucatán, 29 mil 736 millones de dólares, nueve veces más que lo anunciado ayer para el puerto. 

Los tres proyectos citados son ejemplo de magnas obras para cualquier gobierno de cualquier país, sólo superadas por una: construir o reconstruir una ciudad, como es ahora el caso de Acapulco.  

El antecedente más reciente, por su magnitud y similitud, es del de New Orleans, en Luisiana. En 2005, con un millón de habitantes en ese entonces, fue destruida por el huracán Katrina, de categoría 5. Las pérdidas se estimaron en 125 mil millones de dólares y el gobierno de George W. Bush destinó el primer año casi 30 mil millones de dólares para iniciar la reconstrucción.  

Proporciones guardadas en términos de tiempo y recursos, lo que ahora pretende inyectar López Obrador a Acapulco es apenas el 1% de lo que en su momento invirtió el gobierno estadounidense en una situación similar.  

Y no se trata de que sólo el gobierno aporte para reconstruir Acapulco, pues también el empresariado deberá hacer su parte, pero los poco más de tres mil dólares del erario, servirán acaso para reconstruir una colonia, no un complejo turístico.  

Algo que deben tomar en cuenta las candidatas presidenciales Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, pues alguna heredará la misión. Y de ellas dependerá si se les convierte en un problema o en una oportunidad.  

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Premio Internacional Apoxiomeno a Mejor Documental se llevó el largometraje Caníbal: Indignación Total. El galardón lo otorgó ayer, en Montepulciano, Italia, el International Police Award Arts Festival, el festival europeo de mayor alcance en la exhibición y premiación de lo mejor del género criminal y policíaco. 

Se trata de una investigación periodística sobre el caso de hombre que podría ser el máximo feminicida serial del mundo: Andrés F. Mendoza, alias El caníbal de Atizapán.   

El productor ejecutivo del documental e investigador, Javier Tejado Dondé, recibió el premio a ese trabajo que compitió con más de un centenar de filmes. En su discurso agradeció a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y al Tribunal Superior de Justicia del Estado de México por su apoyo para transparentar la información de este caso. 

Y no se trata de un mero documental de nota roja, toda vez que retrata la grave situación de violencia, impunidad e indiferencia que se vive en México, donde 11 mujeres al día son asesinadas. Además, expone los errores severos en el sistema de procuración de  justicia, como la revictimización que sufren las familias. 

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EN EL VISOR: En un problema mayor se está convirtiendo la titular de la CNDH, Rosario Piedra, para Palacio Nacional. La renuncia de todos los integrantes del Consejo Consultivo, la dejó mal parada, ante su jefe López Obrador, quien ya ni siquiera se tomó la molestia de salir a defenderla. Ni para guardar las apariencias ha servido doña Piedra.  

POR: RAYMUNDO SÁNCHEZ PATLÁN
RAYMUNDO@ELHERALDODEMEXICO.COM

@R_SANCHEZP

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