¡Pobre de ti que salgas panzona! El pasado 26 de septiembre se conmemoró el “Día Mundial para la Prevención del Embarazo No Planificado en Adolescentes”, efeméride que se estableció, debido a los números tan preocupantes que se reflejan, y México con esta problemática social, encabeza estas cifras.
Nuestro país se encuentra en el primer lugar de embarazos de niñas y adolescentes entre 15 y 19 años según la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), con 77 nacimientos por cada mil adolescentes. Lo más lamentable de estos números, es la cantidad de niñas que ponen en riesgo su vida y su salud, así como la de su bebé.
El debate de este tema, va más allá de ideologías religiosas o de usos y costumbres de comunidades. El desarrollo físico y neuronal de niñas, niños y adolescentes, es un factor determinante para tener más probabilidad de un diagnóstico de salud negativo, donde se incluye la salud del bebé.
Los derechos sexuales y reproductivos, son derechos humanos que protegen a todas las niñas, niños y adolescentes, y que su finalidad va en sentido de acotar la brecha de desigualdad, que se crea entre hombres y mujeres que viven esta situación.
Este cambio de vida, que no es menor, hace que su futuro se comprometa al cuidado de los hijos, y que se evadan las oportunidades para un desarrollo económico y profesional.
La deserción escolar es del 60 por ciento al momento de enterarse que existe un embarazo no deseado, enfrentándose a pocas oportunidades laborales, y en muchos casos, al rechazo social y estigmatización por parte de la familia y toda la comunidad que la rodea.
La ideología machista en las familias mexicanas, es el principal factor de nacimientos en adolescentes, debido a que la educación sexual y reproductiva, es considerada un tabú. No hablamos de ella, y por lo tanto no se habla de esos derechos a los cuales tenemos acceso, enfrentándose a que la maternidad inhabilita, por qué una mujer está hecha para tener hijos y no para crecer profesionalmente, según el sistema patriarcal que predomina en México.
Las oportunidades de desarrollo laboral en las niñas, niños y adolescentes, que se enfrentan a un embarazo a esa edad, se ve acotada, y entre menos edad tienen, más grande es esa brecha de discriminación. ¡Si educamos, prevenimos!
POR BRENDA BORUNDA
LICENCIADA EN DERECHO Y MÁSTER EN ESTUDIO Y PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO POR LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA / EXDIPUTADA FEDERAL DE LA LXIII LEGISLATURA DEL CONGRESO DE LA UNIÓN
@BRENDABORUNDA
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