La Unión Europea tomará una decisión en las próximas horas que impactará en el sector primario mundial: Alargar la autorización para el uso de glifosato, producto químico utilizado en herbicidas, por 10 años más.
En septiembre, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA) concluyeron que el glifosato es eficaz y seguro, además de que no identificaron áreas de preocupación críticas sobre su impacto en la salud de las personas y animales.
El estudio realizado detectó algunas lagunas de datos que están pendientes o no son concluyentes y recomendó a los Estados miembros las tengan en cuenta en la siguiente fase del proceso de renovación de la aprobación.
La polémica en torno a esta sustancia se desató cuando en 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que era un probable cancerígeno para los seres humanos, mientras que el año pasado, la ECHA concluyó que el glifosato no cumple los criterios científicos para ser clasificado como un carcinógeno, mutágeno o tóxico.
Este químico desempeña un papel importante al ayudar a controlar las malezas y mejorar la productividad de los cultivos, lo que resulta en una producción de alimentos más eficiente y sostenible, ya que la maleza compite contra los cultivos por agua, sol y los
nutrientes del suelo.
Por ejemplo, un reciente estudio del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), reportado en medios, asegura que, en zonas de Oaxaca, las malezas pueden reducir el rendimiento del maíz desde 63 por ciento en zonas cálidas y húmedas hasta 99 por ciento en regiones templadas.
Asimismo, la FAO ha señalado que entre 26 y 40 por ciento de la potencial producción agrícola del mundo se pierde anualmente, debido a las malezas, plagas y enfermedades.
Incluso, productores de varios países de Sudamérica pidieron que la Unión Europea renueve el permiso para el uso del glifosato, bajo el argumento de que es importante satisfacer la creciente demanda mundial de productos de soja y destacaron las evaluaciones de riesgos realizadas por las autoridades europeas.
En México, el Consejo Nacional Agropecuario (CNA) hizo eco de la evaluación científica realizada por autoridades sanitarias de la Unión Europea y reiteró que su prohibición conllevaría caída de la productividad, aumento de los costos y alza de los precios de los alimentos para la población.
Si bien se espera que hoy se dé un paso que impactará en la producción alimentaria de varios países del mundo, con énfasis en Latinoamérica, lo que llama la atención es la urgente necesidad de, profundizar en evidencia científica y utilizar métodos tecnológicos que además de garantizar el abasto de alimento sean sustentables y cuidadosos con en el medio ambiente.
Ciencia y tecnología al servicio y la utilidad de la alimentación sana y sostenible.
Evidencia y certeza sobre mitos y leyendas.
POR MARIANA OTERO BRIZ
COLABORADORA
@BRIZCOCHO
MAAZ