Sin duda alguna debemos reconocer al Ejército Mexicano el operativo para la recaptura de Ovidio Guzmán López, apodado “El Ratón”, hijo de Joaquín Guzmán Loera. Sin embargo, es importante preguntarse ¿a quién benefician de manera directa estas acciones que han mantenido en vilo a todo México en las últimas horas?
Se especulan muchas hipótesis: qué si se trató de una orden de Joe Biden, presidente de los Estados Unidos como condición para asistir a la Cumbre de Líderes de América del Norte. Se ha dicho que es una especie de ofrenda del gobierno mexicano para congraciarse con el gobierno estadounidense.
O la versión más audaz, con tanto sentido como las otras, de que se trata de una rebelión del Ejército Mexicano en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador, en un momento en el que no puede ordenar la liberación de uno de los hombres más importantes del narcotráfico y el crimen organizado en México.
Sea lo que sea, la recaptura de Ovidio Guzmán y el resguardo que mantenemos de él en México, hasta en tanto se hacen los trámites legales y diplomáticos para su extradición a Estados Unidos, se convierte en uno de los hechos que marcarán este año 2023 y sin duda alguna la relación entre México y los Estados Unidos.
La relación entre Joaquín Guzmán Loera, su familia y el presidente mexicano López Obrador, aun cuando hipotéticamente se trate de una especie de acuerdo de dejarse atrapar y obtener libertad una vez terminada la Cumbre Americana, se antoja irreversiblemente dañada.
¿Es López Obrador quien ha tomado estas decisiones dando la espalda a un grupo al cual, sin recato, abiertamente ha expresado su apoyo? ¿o se trata de una acción totalmente fuera de su control, para postrarlo ante este grupo criminal y el gobierno estadounidense? Muchas cosas se pueden especular.
Lo que es un hecho es que, calculado o no, en los medios de comunicación dejamos de hablar de sus dislates del miércoles pasado en el que López Obrador aseguró que la atención a los pobres, para él, es una estrategia política. Pero aun más grave. No hemos profundizado sobre el mensaje y amenaza que el presidente mexicano emitió hacia la Suprema Corte de Justicia de la Nación al revelar los nombres de los ministros que votaron a favor de la ministra Norma Piña, para luego convertirse en la presidente del Máximo Tribunal en el país.
Es lo más grave que ha hecho el presidente mexicano; vulnerar la secrecía de una votación, con el único interés de amenazar a la Corte y enviar el mensaje de que él recibe filtraciones y tiene todo el control de lo que sucede al interior. Es gravísimo.
Pero parece que nadie lo vio, nadie lo advirtió. No se a que santo, a que demonio le rece o que conjuros esté haciendo el presidente en su intimidad. Pero aún, cuando la detención de Ovidio lo pone el “jaque”, es también un “anillo al dedo” para que olvidemos sus dos más grandes errores en sus cuatro años como presidente.
Corazón que sí siente
¿Fue el Ejército Mexicano o la Marina Armada de México quienes realizaron la detención de Ovidio Guzmán? Desde Estados Unidos se filtra, aun sin confirmar, que fue la DEA la autora del operativo. Alguien está sin dormir y pateando sillas.
POR JESÚS MARTÍN MENDOZA
JESUS.MARTIN.MENDOZA001@GMAIL.COM
@JESUSMARTINMX
MAAZ