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Impresentable

Sandra Cuevas es incorregible. Vive entre escándalos. Parece demasiado ocupada en ellos, como para ponerse a gobernar

OPINIÓN

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Manuel López San Martín / Definiciones / Opinión El Heraldo de México
Manuel López San Martín / Definiciones / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

No sale de una, cuando ya se metió en otra. La alcaldesa en Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, es incorregible. Vive entre escándalos. Parece demasiado ocupada en ellos, como para ponerse a gobernar.

El episodio más reciente de los muchos que ha protagonizado, ocurrió el pasado jueves por la noche. En oficinas de la alcaldía a su cargo, fueron encontrados miles de folletos de propaganda negra, como los calificó el gobierno de la CDMX. Los volantes que tenían la fotografía de Claudia Sheinbaum, atacaban a la Jefa de gobierno y a su administración. Más allá del contenido de lo impreso, sorprendió el cúmulo de explicaciones contradictorias que en horas ofreció Cuevas, la virulencia en sus palabras y lo combativa de su respuesta. En un par de horas, la alcaldesa ofreció tres explicaciones distintas, sobre los folletos. Pasó de asegurar que fueron “sembrados” por las propias autoridades capitalinas, a decir que en efecto sí utilizan este tipo de propaganda en su gobierno.

En el camino, no dejó títere con cabeza. Dijo que era “más chingona que Claudia Sheinbaum” y que “si Morena quiere comerse la Cuauhtémoc, que se la coman, yo me voy a comer toda la ciudad”, para después presumir su formación académica.

“El presidente, ¿quién es? ¿qué estudió? Yo soy doctorante en derecho, tengo dos maestrías, me he ido a estudiar a 10 países”, gritaba frente a periodistas que trataban de obtener una declaración sensata sobre los hechos aquella noche.

A Cuevas, se le acumulan los escándalos. En marzo del año pasado acusó “persecución política” cuando fue denunciada por robo, abuso de autoridad y discriminación por dos policías y tres servidores públicos. Aquel episodio la retrató de cuerpo entero.

Tras la denuncia, llegó a un acuerdo con la FGJ de la CDMX para poder volver al cargo. Para alcanzarlo, debió reconocerse culpable, afirmar que los ocurrieron como el MP acreditó; comprometerse a pagar los radios y teléfonos celulares de los policías que la denunciaron, disculparse con ellos públicamente; aceptar someterse a tratamiento psicológico por manejo de ira durante 6 meses y no hablar del caso.

No había transcurrido una hora de alcanzado el acuerdo, y la alcaldesa violó el compromiso al que había llegado. Apenas puso un pie en la calle, tras la audiencia, lo desacató. “Me disculpo, pero no reconozco los hechos", dijo.

Colecciona escándalos. El primero llegó con ella al cargo. El día en que tomó protesta, el 1 de octubre de 2021, se estrenó con un evento en el que hubo una alfombra roja, pantallas, bebidas, salas VIP y espectáculo con pirotecnia en la explanada de la alcaldía. ¿Cuánto reportó su gobierno como costo del acto? Nada. Cero pesos. ¿Quién pagó, entonces?

También en 2021, la alcaldesa fue captada en una Suburban nueva, con valor de casi 2 millones de pesos, cuyas placas del estado de Morelos fueron alteradas; un delito que, según el Código Penal de la CDMX, se castiga hasta con 8 años de cárcel.

El domingo 28 de febrero de 2022, convocó a una verbena popular y, desde la explanada de la alcaldía, lanzó pelotas con billetes de 500 pesos pegadas en ellas. Pese a que la escena quedó videograbada, ella negó los hechos que estaban a la vista de todos.

Y podríamos seguir. La lista es larga. Cuevas ha vivido entre escándalos, y así seguirá. Nadie debería sorprenderse.

POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM
@MLOPEZSANMARTIN

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