Como es público, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a través del rector Enrique Graue Wiechers, afirmó el pasado viernes que la máxima casa de estudios va a actuar, y lo seguirán haciendo, en el marco de la legislación universitaria, y anticipó que no procederán de manera apresurada ni irresponsable, ante presiones externas para hacer juicios sumarios.
Esto referente al caso de la tesis de Yasmín Esquivel Mossa, luego que se ha presumido la culpabilidad de la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), sin darle oportunidad de defenderse, y aunque no se haya declarado su responsabilidad. Pero a decir de los enterados y ante la información puesta a disposición de las autoridades universitarias, la ministra Esquivel tiene la razón, y sería la víctima del plagio. Se ha corroborado que existe, y está registrado un capitulado de su tesis fechado en diciembre de 1985 a nombre de la ministra, además del dictamen pericial en documentos que acredita que comenzó el trabajo de forma previa como lo ha afirmado, y lo concluyó en abril de 1986, pero no se podía titular debido a que trabajaba en la Delegación Coyoacán, y aún no le era liberado su servicio social.
Es claro que Esquivel Mossa ha vivido un linchamiento en las redes sociales y medios de comunicación a partir de información que la semana pasada se confirmó que era falsa, e incluso se le acusó de construir pruebas y declaraciones.
La postura de la ministra ha sido en el sentido que comenzó antes el proyecto de tesis, pero ante los cuestionamientos su argumento sigue vigente, y ha ganado fuerza.
Añada que el jueves pasado un medio de comunicación presentó imágenes sobre la fe de hechos que hizo el notario público 121 de la CDMX, en la que se observa a Édgar Ulises Báez Gutiérrez firmando en su casa el documento en el que asegura que tomó varias partes importantes del trabajo, textos y referencias que desarrolló la ministra, lo que refrenda la historia de la funcionaria. Báez negó en su momento todo, pero después de los videos y fotografías publicados ha reconocido públicamente que el abogado les mintió.
Otro elemento a considerar, es que se hizo público que la profesora Martha Rodríguez Ortíz, asesora de ambos, reconoció en una declaración ante las autoridades de la UNAM que le entregó, sólo para que fuera tomado como referencia a Báez Gutiérrez, así como a otros alumnos el proyecto de tesis de Esquivel Mossa que había comenzado en diciembre de 1985 y concluido en abril de 1986, de acuerdo a los registros y dictámenes periciales existentes.
Es importante que el Comité de Ética de la UNAM pueda realizar un debido proceso al que toda persona tiene derecho y analizar las evidencias que existen y la documentación que reunió la FES Aragón, que dirige Fernando Macedo Chagolla. Esto con el fin de conocer quién comenzó la tesis, y no sólo basarse en la fecha de publicación. Habrá que esperar el dictamen final de la UNAM antes de emitir juicios erróneos.
POR ROGELIO VARELA
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