Más te vale que estés sano. De lo contrario, vas a padecer mucho.
Más vale que tengas un costoso seguro de gastos médicos o que tengas una buena chequera, o que el secretario de Salud, el doctor Alcocer, sea tu cuate. Si eres un tipo de a pie, sin dinero ni relaciones y estás enfermo o alguno de los tuyos padece una enfermedad seria… estás solo contra el mundo.
También te queda el recurso de un doctor recomendado o de un chamán de calidad comprobada por amigos y amigos de amigos. Más te vale estés formado en una fila para que en los otrora buenos y famosos Institutos de Salud, o el ISSSTE, o IMSS te den cita el próximo trimestre.
¿Te acuerdas que venciendo todos los asegunes tenías el Seguro Popular y luego este gobierno vio que era corrupto y lo convirtió en INSABI, el cual terminaron enviándolo al IMSS? Eso es recuerdo, hoy quedan las largas filas, las fichas, los cambios de día y horarios. Ya no están los médicos que conocías, fueron corridos porque eran corruptos; ahora hay nuevos que casi nunca están porque tienen muchos, muchos pacientes.
Más vale que tengas auto o moto para ir de una farmacia a la otra para buscar las medicinas. Puedes ir a las farmacias Del Ahorro, a las Benavides, a las Guadalajara o a la red de San Pablo. “Hace tiempo no las surten”, es común que lo oigas, también puedes escuchar “mañana o en la próxima semana dése una vueltecita”.
Es de ke eran unas cuantas firmas las que controlaban todo y se hicieron millonarios, ora con la Cofepris ya todo cambió. En efecto, el desabasto es generalizado. Los médicos de los hospitales públicos tienen recomendado recetar el Paracetamol. Lo mismo para el COVID, que para un tumor de colon, una hipertensión o diabetes. Termina siendo milagroso.
Más te vale tengas ahorros para ir a un hospital privado, o de pérdida, un celular inteligente con la aplicación a Google, pues ahí puedes encontrar respuesta a todas tus preguntas sobre el dolor que tienes desde hace seis meses en el bajo vientre o el que te inmoviliza la espalda. También las recetas caseras con las que puedes paliar la temblorina de pies y manos o las dificultades que tienes para orinar y respirar como antes, cuando tenías 20 años.
Los genéricos son una bendición. Compiten contra los grandes laboratorios suizos y gringos, te cuestan diez veces menos y de repente hasta te curan o te bajan el dolor de cabeza.
Es muy cierto, nuestro sistema de salud es otro. Cada vez nos morimos más pero los que quedan, se sienten robustecidos: han pasado mil obstáculos y sólo hay que llorar y enterrar a los que no sobrevivieron.
En esto hemos sobrepasado a Canadá y Dinamarca juntas esas dos naciones. Repito, más vale que no te enfermes y estés muy sano. Esa es la fórmula.
POR RAÚL CREMOUX
ESCRITOR Y PERIODISTA
@RaulCremoux
MAAZ