OTROS ÁNGULOS

¿Qué quiere el gobierno en la radio y tv?

La omnipresencia mediática siempre ha sido manipulada por la emoción y los gobiernos han aprovechado esta seducción que se hace a las masas

OPINIÓN

·
Raúl Cremoux / Otros Ángulos / Opinión El Heraldo de México
Raúl Cremoux / Otros Ángulos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

No es la primera vez, desde el siglo pasado la incursión gubernamental en los medios de difusión ha sido permanente. Inaugurada durante el Cuarto Informe de Gobierno de Miguel Alemán, la televisión estuvo destinada a actividades sustentadas en la comercialización. Su destino no se encaminó como los medios de Europa al interés social y educativo.

La inicial Ley Federal de Radio y Tv, fue redactada por abogados de emisoras y no por funcionarios públicos. No obstante, se logró que se consideraran que esos medios se transmitían en el espacio aéreo de la nación y fueran considerados como concesiones otorgadas por el Estado.

De este modo, se tendió un grueso cordón umbilical con los empresarios.

A esa ley se le añadieron la Comisión de Radiodifusión con injerencia de cuatro secretarías: Gobernación, Educación Pública, Salud y Comunicaciones y Transportes. Más tarde, con Luis Echeverría, se inventó un impuesto en especie de 12.5 por ciento, dizque para utilizar ese tiempo en tareas educativas y de “promoción social”. Fue un empleado de Televisa, no un funcionario público, quien en el Segundo Informe de Vicente Fox dio a conocer que ese impuesto desaparecía.

Más tarde vino el Instituto Federal de Telecomunicaciones, que se encargó de que el cordón umbilical se engrosara. Siempre en un estira y afloja para controlar a esos medios.

La omnipresencia mediática siempre ha sido manipulada por la emoción y los gobiernos permanentemente han aprovechado esta seducción que se hace a las masas. Este impulso comunicador ha sido utilizado como una entidad encantadora; de ahí el interés que la pareja Estado y Medios coadministren los principales actos de la acción política misma. Imaginemos a los anteriores y, sobre todo, a este gobierno sin acceso directo y constante a los medios concesionados.

No es excesivo decir que no existiría la 4T. Por ello, el definitivo interés de controlar, regir, orientar las emisiones informativas, analíticas y hasta el grueso de las mediocres telenovelas, diversas animaciones y hasta los musicales, pues de todos estos elementos el gobierno está atento a llevarse una tajada de manipulación.

Esta sobreexposición del régimen no es crecimiento racional ni siquiera demostrativo de un buen desempeño de la sociedad, es, antes que nada, un rebajamiento en la forma de pensar para llegar a un reduccionismo lineal donde los matices y el reino de la reflexión son anulados.

La prensa seria había hecho progresar la democracia poniendo fin a la opacidad del poder, pero hoy vemos que entre los medios y la opinión triunfa el control, no la razón. Si antaño nos faltaba información, ahora vivimos bajo una tormenta de sobreinformación donde privan la superficialidad y la emoción. De esto se nutre la gobernabilidad. Por ello se quiere aumentar, aún más, el control de radio y televisión.

POR RAÚL CREMOUX
ESCRITOR Y PERIODISTA
@RAULCREMOUX

CAR